viernes, 1 de diciembre de 2017







Nº 12 Año I
Diciembre de 2017



Las Musas con Apolo - Romanus Julius



SUMARIO

Recordar y olvidar. Las hijas de la memoria
La memoria bajo otras formas


Recordar y olvidar. Las hijas de la memoria

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro

Los antiguos griegos nos cuentan que el recuerdo y el olvido son correlativos. Nos dicen poéticamente que no es posible recordarlo todo, pero tampoco olvidarlo. Esta idea está presente en la imagen de los dos ríos que corren en sentidos opuestos. Las aguas del Mnemosine permitían a los mortales que las bebiesen recordarlo todo y de ese único modo alcanzar la omnisciencia. Mientras que las del Lete (o Leteo) harían olvidar (para así poder comenzar una nueva vida). Esto lo explica el mito de Er. Las Moiras tejerían el destino humano, según la elección previa de cada uno.



Las Moiras



Hesíodo (el poeta que fue con justicia considerado el primer filósofo griego) cuenta en la Teogonía de Mnemosine que era una titánide hija de Gea (Tierra) y Urano (Cielo), los primeros dioses rectores del panteón helénico original. Ella asistió y aconsejó a Cronos para mejorar su reinado, cuando éste, tras la lucha, desplazó a su padre.




Mnemosine – D.G. Rossetti



El autor del Catálogo de Mujeres (grandes Eeas) añade que Mnemosine, visitada en su lecho por Zeus, concibió con él a las  nueve Musas. La primera vez que actuaron, lo hicieron al finalizar la guerra con los titanes. Ellas fueron consideradas diosas menores que entretenían a las deidades de mayor jerarquía, cantando, bailando y acompañando a Apolo para amenizar las divinas reuniones. Todas ellas eran protectoras del conocimiento de las ciencias y las artes.



El Parnaso – A.R. Mengs



El creador de Los Trabajos y los Días hizo un reconocimiento especial a Mnemosine, quizás porque hasta que él en su Teogonía puso por escrito la mitología griega tradicional, ésta se conservó tan sólo por el poder de la Memoria, que la composición en verso rimado favorecía.



Hesíodo y la Musa – G. Moreau



El escritor consideró a Calíope la de la bella voz, protectora de la Poesía Épica y la elocuencia, como la principal de ellas en dignidad y le confirió un lugar de privilegio por ser la mayor y más inteligente. Tal vez reconociendo el triunfo de Homero en el supuesto certamen literario en el que ambos habrían participado. Éste aeda ciego habría compuesto bajo su inspiración La Ilíada y La Odisea. Se la solía representar con una corona de oro.



Calíope – G. Baglione



En estrecha relación, por la índole de sus temas (hazañas de héroes y acontecimientos destacados) trabajó su hermana Clío, la que ofrece gloria, responsable de contar cantando la Historia.  Según Tucídides a ella se debió la introducción del alfabeto fenicio en la Hélade. Tuvo con el rey Piero de Macedonia un hijo: Jacinto.



Clío – J. Vermeer



Erato, la amable, se ocupó de la poesía amorosa, la lírica coral. Es por eso que se la solía representar coronada con mirtos y rosas y portando el instrumento musical que la caracterizaba (la lira) y con Cupido, el dios del amor (Eros), aunque siempre vinculada con las demás hijas de la memoria (Mnemosine).



Erato – Boucher



Euterpe, la muy  placentera era considerada como la flautista de muy buen genio, diosa de la Música. Con el río Estrimón tuvo un hijo: Reso. A la musa de buen ánimo también se le atribuye la invención de varios instrumentos musicales, a veces en competencia o disputa con Atenea, la más reconocida  lutier.


Musa Euterpe – Handmann


Melpómene, la melodiosa, comenzó simbolizando la armonía musical y el canto. Algunas versiones la dan como madre de las sirenas, cuyo padre sería Forcis. Se la vinculaba con Dionisos. Luego pasó a ser representada con un puñal en la mano y en la otra una máscara de la tragedia, de la  cual se hizo su patrona, como así también de la poesía fúnebre, porque ella, la melodiosa, aún teniéndolo todo, no era feliz.



Melpómene – Simmons-HighsMith




Melpómene



Talía, la festiva, lo era protectora de la comedia (cuya máscara portaba),  de la poesía bucólica o pastoril (de ahí su cayado). Era vista como una pícara joven de campo, de aspecto risueño, con una corona de hiedra. Con Apolo gestó a los marciales danzarines conocidos como Coribantes, según cuenta Apolodoro.



Talía – E. G. Guffens



Urania, musa de la astronomía (o astrología) y las ciencias exactas. La menor de las nueve concibió con Apolo a Lino. Su atuendo, celeste se complementa con una diadema de diamantes imitando estrellas. Lleva como accesorios un compás y un globo terráqueo.




Urania con Apolo



Polimnia, la de los muchos himnos (sacros). Domina el arte de la pantomima (mímica). Solía representársela pensativa, en actitud reflexiva, de meditación. Comparte el crédito por la invención de instrumentos musicales  y la agricultura con Atenea. 




Polimnia – E. le Sueur



Terpsícore, la que deleita con la danza,  musa que estaba encargada de proteger la danza (que le daba nombre), la poesía ligera y el canto coral. Solía representársela como una joven alegre, con una corona de flores y una lira para acompañar a quienes danzaban o cantaban en los coros. También a ella se la supone madre de las sirenas, cuyo padre sería Aqueloo (Forcis).



Terpsícore – J.M. Nattier




Ellas, las hijas de la Memoria (Mnemosine) y Zeus, le han hecho honor a su divino origen recordándonos  cuanto valía la pena tener presente, fuera eso alegre o triste, cómico o trágico, como épica e histórica es la lucha de aquellas mujeres que continúan enfrentando a la violencia con la que el patriarcado aún pretende imponer el olvido y ocultar la memoria.






La memoria bajo otras formas

Texto: Alicia Grela Vázquez

Imagen: Elsa Sposaro

Mnemosine y Zeus, según el relato oral que Hesíodo puso por escrito, tuvieron nueve hijas: las Musas. Ellas, con sus canciones y sus danzas amenizaban las reuniones divinas. Según contaba la tradición griega con mucha anterioridad a los tiempos del poeta, eran ellas responsables de la inspiración para todas las actividades artísticas indistintamente. Pero luego se dio la especialización y cada una se ocupó de un sector de la producción.



El Parnaso – Andrea Mantegna



La Mitografía helena guarda también otros registros, sobre textos orales como los hechos por Pausanias, quien dio en su obra otra versión, también atrayente, aunque menos divulgada sobre las musas y la creación. El geógrafo en su Descripción de Grecia.



Pausanias


El autor en esa obra no sólo redactó la que fue considerada como la primera guía para viajeros, sino que además explicó de otro modo las acciones productivas en el arte, apelando a un proceso que aunaba la acción encadenada, sucesiva y coordinada de tres jóvenes y hermosas hermanas.



Descripción de Grecia – Pausanias


Ellas eran las Musas Meletea, Mnemea y Aedea. El mítico trío era honrado en la antigua Beocia. Allí tenían un santuario al pie del Monte Helicón en el cual se las adoraba.




Meletea, Mnemea y Aedea



La primera, Meletea, correspondía a la meditación, la imaginación previa a cualquier producción, que se concretaría con la participación de las otras dos. En principio, la obra se limitaría a una abstracción inmaterial, que las otras integrantes del trío concretarían y desplegarían, ejecutándola.


Mnemea, la segunda de esta nueva serie de musas, se identificaría con la memoria. Ella correspondería a la creación propiamente dicha, recordando y escribiendo lo ya pensado por la primera: Meletea. Finalmente, Aedea lo expondría y desarrollaría completamente en la escena en el canto.



Mnemea




Aedea  – Glenda Chelsea




Aedea – A.J. Micchielli



La palabra Musa del dialecto ático sirvió para derivar de ella el término Música, así la actividad musical se asoció a mitos que vincularon a los inmortales con los mortales de la mítica edad de los hombres de bronce. Un ejemplo claro de ello es el episodio de la decapitación de la medusa Gorgona por el héroe Perseo.



Perseo con la cabeza de la Medusa Gorgona – B. Cellini



En diferentes pueblos de la Hélade se cuenta que el ruido que produjo la cabeza al caer al agua, hizo que la Virgen Atenea inventara la Música, arte carente de materialidad, que solamente apela a la memoria y al tiempo. Para recordar el suceso, la imagen del rostro de la desafiante joven fue incorporada en las representaciones icónicas de la diosa Palas.



Palas y la Gorgona



Según la tradición, la misma Minerva creó la flauta y la trompeta. De ser así, estos instrumentos tendrían un origen divino, aunque secularmente se los consideró, como al laúd, importados de la hasta hoy muy castigada Siria.



Palas Triunfante con las Musas



El instrumento (órganon en griego) musical más característico de Grecia fue la lira, que Apolo ejecutaba magistralmente, acompañado por las nueve musas y que respondiendo al espíritu altamente competitivo que el mundo griego heredaría a la cultura occidental, concursaría con el sátiro Marsyas, después de haberse enfrentado con Pan.




Concurso entre Apolo y Marsyas – G. Carpioni



Orfeo encantaba a su auditorio y aplacaba a las fieras con su lira. El maravilloso músico, después de haber perdido a Eurídice, su amada esposa (muerta trágica y prematuramente) se hizo maltratador de mujeres. Las Bacantes lo mataron y desmembraron, poniendo fin a la extensa serie de sus abusos. Ese tema en las ilustraciones antiguas las Ménades aparecen con el doble oboe, mientras que las hijas de Mnemosine y Zeus tocan la lira.



Bacantes (Ménades)


Las Musas recogieron los restos del músico virtuoso y enamorado infeliz transformado en misógino, (como la sociedad patriarcal de ayer y de hoy) y los enterraron al pie del Monte Olimpo. A eso se atribuyó que los ruiseñores cantasen allí mejor que en cualquier otro lugar. 



Orfeo y las Bacantes


Las nueve diosas intercedieron ante Apolo para que ubicase en el cielo como una constelación la lira de Orfeo, que había llegado a la isla de Lesbos, después de que las Bacantes la arrojaran al mar, tras descuartizar a su poseedor.



Orfeo y su lira


Las Musas se relacionan también por el lado de la memoria con Némesis. Ella es simultáneamente la diosa de la solidaridad y la justicia retributiva. Ésta coincide con la venganza. En el caso de Orfeo lo castigó, valiéndose de las mujeres de Tracia, por no haber cumplido con sus juramentos amorosos y los dolores causados a sus víctimas embelesadas.


Némesis



También relacionado con las Musas,  por el lado de la memoria, está el Museo. Y el término con el que se lo designa da cuenta de su derivación. El museo era en principio el lugar dedicado a las Musas para favorecer el recuerdo. La acción del Museo era el incentivo (del latín: incentivum) con su doble significado: invitar e incitar a hacer y dar el tono (musical), siempre en relación con el canto. Como personaje mítico Museo fue un poeta y cantor (aeda) anterior a los homéridas.



Museo y Lino, su maestro



La inventiva popular recreó a las Musas primero en España y luego en ambas márgenes del Río de la Plata. Ellas siendo diosas son inmortales y se caracterizan por la metamorfosis. Así fue que bajaron del Olimpo señorial y el Topos Uranos y se ubicaron en el llano del mundo secular contemporáneo y posteriormente se adaptaron a  las consignas en la posmodernidad.



Murga Uruguaya: Araca la cana



Actualmente recuperaron su sentido poético (creativo). Avatares filológicos han hecho que del término Musa derivase en español Murga, para referirse y designar al conjunto de músicos callejeros y comparsas carnavalescas. Sus integrantes no son inmortales, sino sólo varones y mujeres de distintas edades, que no hacen sonar las cuerdas de las liras, sino los parches de los tambores. Cambian las cuerdas por la percusión.



Los Murguientos


No visten elegantes clámides, sino ropas de fantasía y hasta guardapolvos blancos de escolares y colegiales. No danzan delicadamente, pues se mueven acrobáticamente haciendo contorsiones. No cantan odas. Entonan y desentonan versos críticos sobre la actualidad social, política y económica local y mundial (como las Fallas). Las Musas cambiaron, pero viven en sus variantes y hasta critican con humor la política de la vieja escuela y a quienes la ejecutaban.



Las Maestras – Agarrate Catalina


La escuela tradicional ante la opción de educar por la tortura o el arte (que según Bernard Shaw eran las dos únicas maneras) eligió la primera de las formas y se hizo acreedora de justas críticas por haber generado mucho dolor y resentimiento por generaciones que fueron sus víctimas. El análisis de las teorías pedagógicas no lo harían los murgueros, pero sí su parodia.



miércoles, 1 de noviembre de 2017





Nº 11 Año I
Noviembre de 2017



Esculapio e Higia


SUMARIO


Supremacía femenina: Las mujeres onas


Todo lo cura



Supremacía femenina: Las mujeres onas

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro


El Mito del Matriarcado entre los Selknam

Los Selknam habitaban en la isla de Tierra del Fuego a la llegada de los europeos, quienes quizás por desconocimiento, los llamaron Onas. Del mismo modo (por ignorancia) colaboraron para difundir el mito del matriarcado, cuyo sustento real pudo ser más la necesidad de justificar el estado de cosas, que una referencia al pasado heroico u originario.






El pueblo cuenta que en el tiempo mítico las mujeres gobernaban despiadadamente a los varones. Ellos cazaban y se ocupaban también de las tareas domésticas y el cuidado de los niños. Mientras tanto las ociosas mujeres se reunían para tratar los asuntos importantes. Sólo ellas tomaban decisiones y daban órdenes, que eran acatadas sin cuestionamiento alguno.






Sin embargo ellas, temiendo que en razón de su fuerza y superioridad numérica, ellos fueran a rebelarse, astutamente se reunieron en secreto para considerar, reflexionar y deliberar sobre el modo de conservar el dominio, pues la sumisión, el trabajo exclusivamente masculino y la obediencia debían perpetuarse.






La guía de todas ellas era la Luna, como chamán de gran ascendencia.  Su voz de mando era indiscutida. Ella determinaba y dirigía todos los sucesos. Hasta el Sol, su marido, cumplía con el rol de sometimiento asignado a su género. También él era chamán, como ella y sus otros hermanos (Nieve, Mar y Lluvia).



El Sol y la Luna




La Luna decidía cuándo iniciar a las jóvenes en su etapa adulta. Esta ceremonia se realizaba para engañar a los hombres, haciéndoles creer que los espíritus eran tan poderosos, arbitrarios y caprichosos que podían someter a toda la humanidad, incluidas las mujeres.


La Luna




Los preparativos eran llevados a cabo en secreto. La Luna decidía qué papel desempeñaría en la ceremonia cada una de las elegidas para participar en ella. Arreglaban pinturas y máscaras, repartían roles y por días ensayaban con mucho cuidado la actuación, la mímica y la música.


Ritual de Iniciación



Todo esto era porque debían hacer creer a los varones que algunos espíritus por la noche bajaban del cielo, mientras otros surgían desde el interior de la tierra. El espectáculo que se ofreciera debería admirar, persuadir e inducir al temor a sus espectadores inadvertidos, tanto como para disuadirlos de  rebelarse, pues ocultos poderes ordenaban que las mujeres dominaran siempre.



Xalpen en trance



Durante la Fiesta el temible espíritu femenino: Xalpen, surgía de las cavernas subterráneas e ingresaba en la Gran Choza con un apetito voraz, que los varones debían satisfacer. Pero rara vez se mostraba ante ellos, quienes sólo advertían indirectamente su presencia, por los gritos que ellas daban y otras manifestaciones ígneas. Los otros espíritus sólo eran anunciados con los cantos femeninos. Pero ese poder matriarcal, si existió, no perduró.




Logo de Xalpen






 


Todo lo cura

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro


En relación con la salud suele considerarse como paradigma a Hipócrates, cuyo juramento, aunque no es universal y reconoce versiones, ha sido tenido como modelo deontológico y punto de partida para las cuestiones relativas a la Bioética. Algunos puntos merecen ser analizados con detenimiento, por ser muy discutibles (como la eutanasia y el aborto). Sin embargo continúa la vigencia del secreto profesional y actuar en beneficio de los enfermos.


Busto de Hipócrates – Rubens



“Juro por Apolo médico, por Asklepios, Higia y Panacea, por todos los dioses y todas las diosas, tomándolos como testigos, cumplir fielmente, según mi leal saber y entender, este juramento y compromiso”…


Juramento de Hipócrates – Manuscrito bizantino del siglo XI



Ha perdido vigencia la invocación a los dioses de la antigua Grecia: Apolo, Asklepios, Higia y Panacea. Pero, por tratarse de un tema relativo al cuidado, que la sociedad tradicionalmente dejó  a cargo de la mujer, habrá de ser considerado, aunque sólo sea como una aproximación introductoria y precaria.
Al hablar de la salud y el cuidado se evoca de un modo u otro a Hipócrates, principalmente por su Juramento, pero también por sus prácticas, en sus semejanzas y diferencias con  las de nuestro  tiempo. Se dice de él que desciende en línea directa del dios Apolo.



Apolo, Quirón y Asklepios – Fresco




Apolo, según cuenta Hesíodo, flechó a Coronis (o Corónide). Este inmortal se unió con ella, una mujer (mortal) con la que engendró a Asklepios (Esculapio). Pero la infortunada esposa, enamorada de otro (un joven llamado Isquis) le fue infiel. Un cuervo lo supo y se lo contó al dios engañado, que castigó (por su infidente indiscreción) al ave, que era blanca hasta entonces, a cambiar su color por el negro y la hizo portadora de malos augurios.



Apolo flecha a Coronis – D. Sampieri



A su esposa la mató por celos, aunque otras versiones mencionan a Artemisa como  ejecutora. Luego el femicida (uxoricida) rescató al niño (Asklepios) del vientre de la madre ya muerta. Hay quien dice que fue Hermes (Mercurio) el que salvó la vida del infante al extraerlo de una pira funeraria en que se estaba incinerando a la desdichada.



Rescate de Esculapio



Esculapio se formó con los mejores: la Virgen Atenea (Minerva) y el centauro Quirón (Sagitario). De ellos aprendió las artes de la curación. Llegado el momento, comenzó a sanar a los enfermos. Esposó a Epíone y con ella tuvo hijas (Panacea, Higia, Egle, Yaso y Aceso) e hijos (Telésforo, Arato, Podalirio y Macaón). Sus descendientes, mujeres y varones le ayudaron a prevenir, tratar, proteger y, tras la convalecencia, sanar.



Epíone – Estatua en Miskolc, Hungría



Pero en su benevolencia, esto no le bastó y procedió a resucitar a los muertos. Hades (Plutón), señor del Inframundo, del País de las Sombras vio disminuir a sus súbditos y por ello presentó su queja ante el supremo Zeus, quien tras  juzgar el caso dio su dictamen, que impidió no sólo que los muertos volviesen a la vida, sino que todos los enfermos hallasen una cura a sus males y padecimientos.


   

Un hombre ante Asklepios y Epíone



En la actualidad, las riquezas (en manos de sus poseedores y nuestros ejecutores) nos gobiernan. Por eso nuestro sistema es una plutocracia travestida. En ella empresas vinculadas con la Medicina (laboratorios y clínicas médicas, empresas funerarias y tanatorios, cementerios y jardines de paz) persiguiendo su principal (y quizás única) finalidad (el lucro) perpetúan la vigencia de la sentencia de Júpiter: asegurar la enfermedad y la muerte de los mortales humanos.



Asklepios – Escultura
   


Esculapio realizó muchas hazañas. Algunas de ellas en su Santuario en Epidauro al que acudían enfermos de toda la Hélade. Aristófanes refiere en Plutón que algunas las habría realizado como “curas de sueño”.  Las imágenes del fotógrafo G. Mason muestran el estado actual del templo (en ruinas).



Templo de Asklepios



Entre las sanaciones más relevantes está la relacionada con Himeneo, (el nombre apunta a himen e himno). Es el protector del matrimonio. Este término designa lo propio de la madre (la mujer), en oposición al patrimonio, correspondiente al padre (el varón). La vida de este dios está caracterizada por grandes dudas, como también su muerte.



Himeneo



Hay versiones que dicen que unos piratas, engañados por su incomparable hermosura, lo raptaron junto con algunas jóvenes, tomándolo por una ellas (referencia al secuestro extorsivo y la trata). Y fue en esas oscuras e infortunadas circunstancias, según se afirma, que encontró la muerte inesperada y prematuramente.



Preparación de la boda



Otras narraciones cuentan que su deceso ocurrió en las bodas de Baco y Ariadna, en flagrante contradicción con una de las historias de su nacimiento. Finalmente, y para incrementar la incertidumbre que rodea a este mítico personaje, se dice que falleció en el mismo día de su propia boda con Antiopa.



Himeneo



Todo en él es una sumatoria de incógnitas. Como quiera que haya sido, todos los dichos coinciden en que Asklepios (Esculapio) lo resucitó. Con él el circuito fálico se completa. La deidad y la institución han perdido adherentes con el transcurso del tiempo pese a que el casamiento en la antigua Grecia era reverenciado. En su honor entonaban odas. Safo cantaba:
“Alta debe ser la cámara —
¡Himeneo!
¡Hacedla alta, constructores!
Un novio viene —
¡Himeneo!
¡Como el propio dios de la guerra, el más alto de los altos!”


Safo y sus alumnas



En el contexto actual es auténticamente celebrado casi exclusivamente por los grupos que, de acuerdo con los viejos Códigos Civiles reformados por las nuevas leyes (como por ejemplo: el Matrimonio Igualitario y la Identidad de Género) pueden al realizarlo, incorporar y defender derechos largamente negados.



Amor homosexual



El mágico sanador llevaba consigo un báculo que reforzaba su valor simbólico con una serpiente que se enroscaba en él.  La pretensión de ser quien todo lo cura, considerada excesiva, motivó el  castigo de Zeus, quien lo fulminó con un rayo. Apolo se apiadó de él (ya que era su propio hijo) y lo elevó al cielo, transformándolo en la constelación de Ofiuco (el Portador de Serpientes o Serpentario), que atraviesa Sagitario y Escorpio.  Así lo muestra el Atlas Coelestis de John Flamsteed.



Constelación de Ofiuco – Atlas Coelestis



Estos atributos curativos y terapéuticos se asemejan al caduceo de Hermes (Mercurio). Sólo que en el báculo del divino mensajero se entrelazan dos serpientes. Ellas, trepando en ascenso al árbol de la vida trazan un dibujo, que puede verse como un ocho (8) o el símbolo de infinito. 



Hermes (Mercurio)



El diseño implica la armonización de los opuestos y representa la neutralidad y la pacificación. Por eso es que el caduceo hermético lo usaban los embajadores y los heraldos como protección, pues era signo de inviolabilidad personal, ya que hacía referencia al dios. Los grandes trágicos lo repiten: “No mates al mensajero”, aunque sea portador de malas noticias.



Milagro Sala


                                                                                                                     
La dirigente popular jujeña une a su nombre Milagro un segundo, menos conocido, pero igualmente simbólico: Ángela (que en griego significa: mensajera).  Así es también ella doblemente mensajera, como Hermes y como parlamentaria del Mercosur. El gobernador de la provincia (Gerardo Morales, sin hacer honor a su apellido) mandó detenerla, encerrarla y enjuiciarla, violando todas las garantías constitucionales nacionales y los fueros internacionales.



Nancy Dupláa, Milagro Sala y Echarri


Es por eso que representantes de la cultura, entendiendo la arbitrariedad de esas medidas, piden por su libertad. La pseudoliberal gestión, travestida de democracia sólo por el voto, olvida que en ese sistema es fundamental beneficiar a los pobres y respetar las leyes vigentes. 



Hermes (Mercurio)



Final y complementariamente, en nuestra época Mercurio se ha convertido en un dios que está por encima de cualquier otro, dentro y fuera del panteón helénico. Sus normas, las del Mercado, prevalecen sobre las demás. Los humanos, y en general todos los seres, al transformarse en mercancía son cosificados y pueden comprarse y venderse, enajenarse, alienarse.


Mercurio (Hermes) – Artus Quellinus



De este modo el capitalismo como sistema hegemónico en el mundo posmoderno convalida prosaicamente, la falsa equivalencia homérica: ser y tener. Las alas del emblema de Mercurio se deshicieron en el metal que lleva su nombre y es más venenoso que sus sierpes. Éstas han mutado en gusanos devenidos en conquistadores (como lo expresaba poéticamente E. A. Poe) que corroen el corrupto sistema patriarcal. Por último, su caduceo fue sustituido por otro símbolo sin dignidad alguna: $. Sin embargo, conserva de aquél sus principales propiedades: conferir protección e inmunidad a su portador.


Higia



Quien todo lo cura legó su emblema a una de sus hijas (Higia o Higeia) considerándola, por estar evidente y suficientemente empoderada, merecedora de portar ese ofídico símbolo, que por ser fálico implica poder, aunque para ella fuera asociado a la copa, signo de lo femenino y por ende nutriente. Actualmente estas figuras continúan siendo aplicadas: la primera representa a la Medicina y la segunda a la Farmacia.


Copa de Higia

     




Higia, la diosa griega que al igual que su padre todo lo cura, fue identificada por los romanos con  la Salud.  Ella fue reverenciada en la antigüedad en templos por fieles que en ellos dejaban sus  ofrendas de agradecimiento por su mejoría. Hoy ese concepto encarna el cuidado en la limpieza y la higiene.



   Higia

   

Panacea es la diosa cuyo nombre (en griego) dice que todo lo cura. Elaboraba medicinas sanadoras con hierbas y ungüentos. El reconocimiento de sus devotos elevó en su honor un templo en Oropo. Ella sirvió de modelo para la Medicina Homeopática y los alquimistas medievales, puros de corazón, buscaron no sólo la piedra filosofal, el quinto elemento, sino también la panacea, el remedio universal para todos los males.



Panacea



La curación medicamentosa comenzó cuando Perseo decapitó a la Medusa Gorgona y de la sangre de las serpientes que formaban su cabellera surgieron fluidos sanadores. Actualmente nadie menciona a Apolo, ni a Esculapio. Estos dioses, pese a ser inmortales, han muerto. Pero, lejos de la cultura y la religión de la Grecia clásica, el mundo contemporáneo  recuerda a Higia y Panacea, sus aplicadas nietas e hijas respectivamente, que inspiran las acciones cotidianas de quienes cuidan de la salud no sólo profesional, sino también  vocacionalmente.
Estas reflexiones y otras fueron motivadas en principio por el 5° Congreso Provincial de Atención Primaria de la Salud y el 3er. Encuentro Nacional de APS, realizados en Mar del Plata bajo el lema: “De modelos Hegemónicos a Procesos Colectivos”, en el 2012 con el auspicio de la Dirección de Cultura y Educación y el Ministerio de Desarrollo Social.


Desde entonces hasta ahora se han considerado los principios bioéticos expuestos, en el seno de la Comisión Mixta de Salud y Seguridad en el Empleo Público (CoMiSaSEP) y el Comité Mixto Distrital de Salud y Seguridad de General Pueyrredón, DGC y E. “Organismo con representación de los Trabajadores y el Estado.”







  REFLEJO DE MUJER  N° 52   AÑO V ABRIL de 2021   Texto: Alicia Grela Vázquez Imagen: Elsa Sposaro Juana de Flandes SUMARIO Isabel...