REFLEJO DE MUJER
Nº 2 Año 1Febrero de 2017
SUMARIO
Huellas de ausentes
Lucy
Yo quiero a Lucy
Huellas de ausentes
Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro
Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro
Para aproximarnos a
las huellas de seres ausentes, será preciso revisar algunos conceptos que bajo
un rótulo científico extrapolado, ocultaron tendencias discriminatorias,
explotadoras y violentas. La Antropología Física no escapó a esas modalidades.
En su origen respondió a los intereses colonialistas de las naciones dominantes
y presumió de su papel hegemónico.
Hombre de Vitruvio – Leonardo
La obra de Charles
Darwin elaborada a mediados del siglo XIX, en el campo de las Ciencias
Naturales, fue sacada de su contexto y extendida a lo social y político. La evolución por la selección natural,
tenía base en lo sexual. La teoría enarboló las banderas de la supervivencia y dominio
del más fuerte y la adaptación (o la muerte). Se las extrapoló al servicio de
una ideología solidaria con la economía imperialista. La obra del naturalista obtuvo
el reconocimiento oficial al aparecer en el billete de diez libras esterlinas.
Viaje del Beagle
Beagle en el Estrecho de Magallanes
El Beagle en el Estrecho de Magallanes
H. Morgan y E. Taylor sistematizaron la Antropología Evolucionista y agregaron el concepto de survivals (supervivencias del pasado)
empleando el método comparativo, que permitió ampliar aún más el campo de
aplicación de la teoría que se creyera que las formas más simples de las
culturas eran las más antiguas. Con esto la Antropología definió a las sociedades primitivas como su objeto de
estudio y se constituyó en ciencia.
Lewis Henry Morgan
El cambio en su mirada
se evidencia en la transformación del concepto mismo de raza, que pasó de ser difuso y ambiguo (raza celta, guaraní, etc.)
a significar clase. Ella se fundaba
en caracteres observables. El criterio que se imponía tradicionalmente era el
del sentido común. Así la disciplina
distinguía tres razas: la blanca, en Europa; la amarilla en Asia y la negra en
África. A éstas se agregaba la cobriza para América (pieles rojas en Estados
Unidos).
R. Kipling imperial (de blanco en el centro de
la fotografía)
El poeta Rudyard
Kipling, (autor de Si
y El libro de la selva) sostuvo
la supremacía blanca, “la mejor de las
razas”, que debía soportar la carga
de extender por todo el mundo las formas de su civilización, en su poema “La carga del hombre blanco”.
Rudyard Kipling – Philip Burne-Jones
En el siglo XX Henri
V. Vallois afirmó que las razas
humanas son agrupaciones naturales de seres humanos que presentan una serie de
caracteres físicos hereditarios comunes, cualesquiera sean además sus lenguas,
sus costumbres, sus nacionalidades.
Henri Vallois
En ese contexto se
buscó argumentar y probar que la mujer era una subespecie humana o bien constituía una raza diferente e inferior.
Se apelaba a las diferencias en la capacidad craneana, el volumen del cerebro,
el cuerpo calloso, la sustancia blanca, etc.
El cambio de actitud
en las investigaciones antropológicas llegó en la segunda mitad de la pasada
centuria por los avances de la tecnología y las modificaciones en el
instrumental que permitieron mayor precisión y exactitud y posibilitaron en
1953 los descubrimientos sobre el ADN hechos por Francis Crick, James Watson y Maurice
Wilkins.
La doble espiral del ADN
Hans Karl Winkler dio
a conocer el término genoma (derivado
de gen y cromosoma) entendido como un conjunto de genes. Esto fue seguido
por el proyecto de genoma humano y Bioética,
coincidentes en un mismo objetivo: el mejoramiento de la calidad de
vida. El genoma humano ha sido comparado con una enorme enciclopedia llena de
letras y frases. Esta enorme cantidad de información pudo servir a la Genética
y a los Derechos Humanos.
Un ejemplo de la
aplicación de la información en salvaguarda de los Derechos es el Proyecto
elaborado por Abuelas de Plaza de Mayo, referido a la creación de un Banco de
Datos Genéticos (BNDG) de familiares de niños desaparecidos por la Dictadura en
Argentina. Al volver la Argentina al orden institucional fue convertido en ley
nacional (la N° 23.511). Como tal fue reglamentada en 1989, durante la
presidencia de Raúl Alfonsín. El BNDG funciona en el Hospital Durand de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Finalmente,
las huellas de ausentes, tanto del pasado remoto como del reciente, pueden
buscarse en el Arte. Éste como forma de conocimiento y de difusión puede
combinarse con la desaparición, como en la muestra “De ausencias y vacíos” en
Mar del Plata; y con la ingeniería genética, como en la exhibición: “Paraíso
ahora: ilustrando la revolución genética”, de la cual participaron artistas plásticos que ofrecieron su visión
del futuro en Nueva York, como Steve Miller, pionero en el empleo de
computadoras en las Artes Plásticas.
Steve Miller
La tierra guarda una
memoria en las huellas que conserva. Así se puede recordar las ausencias. Los
estratos encierran en sus capas la información que espera ser relevada y ayudan
a fijar el momento de los sucesos. La estratigrafía, la dendrocronología
(datación por los anillos de crecimiento de los árboles) y el carbono 14 son
auxiliares que colaboran para descifrar el misterio que las huellas
simultáneamente muestran y ocultan.
Lucy
Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro
Imagen: Prof. Elsa Sposaro
Para esclarecer
nuestra propia identidad actual, muchas veces hacemos una marcha retrógrada,
buscando en nuestros orígenes las razones de lo que somos como personas. Pero,
tratándose ya no de un individuo, sino de una especie, deberíamos sumergirnos en
el remoto y oscuro pasado alejado de la Historia millones de años y adentrarnos
en las entrañas de la Prehistoria, llevados por una disciplina antropológica
relativamente nueva, denominada Paleo- arqueología.
Esta disciplina afirma
que hace entre 3 y 7 millones de años, se separó de los chimpancés una línea
nueva, con grupos diversos (de 16 a 18), de los que sólo uno quedó: el Homo
sapiens. El resto solía llamarse “homínidos”. Ahora reciben el nombre colectivo
de “hominines” u “homininos”. Éstos son una subfamilia de los primates, de la
familia Hominidae, que incluye al Homo sapiens y sus parientes extintos, tanto
como a gorilas, chimpancés y macacos. Esto es que comprende a los Rhesus (etimológicamente mono en griego).
Macaca mulata con dos crías
En el siglo XIX
Charles Darwin había sugerido que el continente africano era el lugar más
plausible para que en él se hallara el origen de la Humanidad. Pero, hasta 1950
la comunidad científica creía que el Homo sapiens había evolucionado en Asia o
Europa hace unos 60.000 años. No obstante, Mary y Louis Leakey excavaron (con
el propósito de rescatar restos fósiles) en Kenia y Tanzania. El apellido de
esta pareja de investigadores quedó asociado indisolublemente al nombre de
Lucy. El nombre no sólo nombra, designa y menciona, sino que también señala y
proyecta.
Mary Leakey
Mary y Louis Leakey
El hallazgo se produjo
en plena era de la “Beatlemanía”. La cultura pop difundió una anécdota
vinculada con el bautismo de Lucy. En la excavación del yacimiento la radio transmitía
a los oyentes presentes en el campamento: “Lucy in the Sky with Diamonds” (“Lucy
en el cielo con diamantes”). Tras ese título los compositores a la vez
manifestaban y ocultaban una referencia a la droga (LSD). El nuevo mito recorrió
el mundo montado en la psicodelia visual, (principalmente cromática) pero
también auditiva.
Lucy es la rama más
antigua de nuestro árbol genealógico familiar, pues se remonta a unos 3,9
millones de años. La Antropología Forense y el Arte han permitido crear una
obra escultórica, que basándose en los restos hallados, la representa tal como
debe haber sido, cuando vivía en Hadar, en la región de Afar, Etiopía.
Escultura representando a Lucy
Mary Leakey pese a
todo, creyó que no se había hallado aún al antecesor del linaje Homo y que,
seguramente éste debería tener un cráneo más voluminoso, produciéndose la
diversificación, probablemente hace más de 5 millones de años. Esto lo afirmó
en 1981, según registró la compiladora Mirtha Lischetti.
Por su parte, Johanson
quien hizo excavaciones en Hadar, la región de Afar en Etiopía donde Lucy fue
hallada, afirmó que no había herramientas ni fragmentos allí. Eso probaría que
carecía de habilidades manuales para producir útiles. Primero se creyó que los
restos pertenecían a un Australopithecus africanus, pero fue Johanson quien
denominó a esa especie Australopithecus afarensis (por el lugar en que fue
hallada) y aseguró que Lucy se constituía en el origen de la Humanidad, hace
3,5 millones de años.
Excavación arqueológica en el Rift, Etiopía
Lucy fue hallada en
1973. Donald Johanson y Tim White la
trasladaron hasta conducirla a Mary Leakey. Los Leakey apadrinaron a Lucy, pero otro grupo de paleo-arqueólogos, la adoptaron, hasta que cumplido el plazo
de su custodia provisoria, la reintegraron (con los otros miembros de su
familia de origen hallada más tarde) a Etiopía. En el resto de los países sólo
hay réplicas de ella.
D. Johanson
La posición de
privilegio de Donald Johanson en el Museo de Historia Natural de Cleveland hizo
que la madre de la humanidad, nuestro ancestro más antiguo, pasara un tiempo en
los Estados Unidos de Norte América, bajo una designación técnica: AL-288-1,
alejada de aquella vinculada con el arte: Lucy. El investigador también pudo
desde allí presentarla a los telespectadores en el programa de difusión
científica NOVA.
Entre sus distinguidos
adoptantes también está el antropólogo Berger. Él eligió buscar fósiles en
África, la cuna de la Humanidad, primero con Leakey en Tanzania y Kenia (Olduvai) y en segundo
término con Johanson, en Etiopía (Valle del Rift). En su libro Tras las huellas de Eva, el antropólogo juega con la ambigüedad del
término que en inglés significa: “Eva”, pero también “víspera”. Así,
correspondería tanto a una analogía con la primera mujer según el mito semita y
también a la proximidad de la Humanidad.
Johanson con el esqueleto de Lucy
Yo quiero a Lucy
Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro
Texto: Lic. Alicia Grela Vázquez
Imagen: Prof. Elsa Sposaro
En la comedia
cómico-musical “Yo quiero a Lucy” realizada para la televisión en pleno idilio
cubano-americano, simbolizado en la pareja de los protagonistas, se mostraba
que pese a las dificultades ocasionadas por ella en cada episodio, gozaba del
afecto genuino de todos, aún de los que eran perjudicados por sus torpes y
contradictorias acciones. Es posible establecer una analogía con nuestra Lucy,
la cuestionada madre de la Humanidad.
La mayor parte de los
antropólogos están hoy de acuerdo en que el origen de nuestra especie estuvo en
África, hace unos 200.000 años. Según la datación radiológica hecha sobre los
huesos fosilizados el proceso evolutivo llevó los 25.000 anteriormente
considerados a 4,4 millones de años. Los restos mostraron distintas etapas en
la transformación de los primates.
Los investigadores de
esta nueva ciencia, la Paleo- Arqueología, difieren en la respuesta
cuantitativa y cualitativamente a muchas de las cuestiones que el hallazgo de
Lucy ha planteado. Es por eso que se justifica el título en la publicación: “La
Batalla de los Huesos” de Carrie Spencer (la misma autora que abogó por igual
salario para las mujeres).
Es innegable que hay diferencias cuantitativas,
referidas a millones de años, y cualitativas en relación con Lucy, sobre si es
o no la madre de la Humanidad. Ella desde su descubrimiento ha sido la mejor
embajadora de la Antropología. Por ella se ha difundido la ciencia
paleo-arqueológica y ha trascendido los límites de los congresos, simposios y
revistas especializadas.
Sin embargo, dado que
la evolución no es un proceso ascendente, ordenado linealmente, sino una serie
de mutaciones y adaptaciones aleatorias; y que la especie se define por su
capacidad reproducirse y dar descendencia fértil, la cantidad de material
genético de Lucy no permite obtener conclusiones seguras al respecto.
Es por eso que Berger
pretende dar un nuevo enfoque a la investigación al presentar su tesis: la
división sudafricana del árbol en forma de Y
(que supuestamente cayó en extinción) puede ser la rama de la vida humana
actual. Con ésta y otras consideraciones pretende convencer a sus colegas de
que Lucy podría tener que renunciar a su posición de privilegio, como madre
nuestra.
Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares
Pese a las
discrepancias entre universidades e investigadores, los museos de todo el mundo
se disputan la presencia de Lucy o sus réplicas. Un ejemplo de esa demanda es
la muestra del Arqueológico de Alcalá en España. Los Medios Masivos de
Comunicación (MMC) la elevaron a la categoría de heroína popular. Su imagen el
Mercadeo (Marketing) la impuso en una gran variedad de productos que el público
adquiere, adhiriendo a su simbología o desconociéndola.
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