Nº 11 Año I
Noviembre de 2017
Esculapio e Higia
SUMARIO
Supremacía femenina: Las mujeres onas
Todo lo cura
Supremacía femenina: Las mujeres onas
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
El Mito del Matriarcado entre los Selknam
Los Selknam habitaban
en la isla de Tierra del Fuego a la
llegada de los europeos, quienes quizás por desconocimiento, los llamaron Onas. Del mismo modo (por ignorancia)
colaboraron para difundir el mito del matriarcado,
cuyo sustento real pudo ser más la necesidad de justificar el estado de cosas,
que una referencia al pasado heroico u originario.
El pueblo cuenta que en
el tiempo mítico las mujeres gobernaban despiadadamente a los varones. Ellos
cazaban y se ocupaban también de las tareas domésticas y el cuidado de los
niños. Mientras tanto las ociosas mujeres
se reunían para tratar los asuntos importantes. Sólo ellas tomaban
decisiones y daban órdenes, que eran acatadas sin cuestionamiento alguno.
Sin embargo ellas, temiendo que
en razón de su fuerza y superioridad numérica, ellos fueran a rebelarse,
astutamente se reunieron en secreto para considerar, reflexionar y deliberar
sobre el modo de conservar el dominio,
pues la sumisión, el trabajo exclusivamente masculino y la obediencia debían
perpetuarse.
La guía de todas ellas era la Luna, como chamán de gran ascendencia.
Su voz de mando era indiscutida.
Ella determinaba y dirigía todos los sucesos. Hasta el Sol, su marido, cumplía con el rol de sometimiento asignado a su
género. También él era chamán, como ella y sus otros hermanos (Nieve, Mar y Lluvia).
El Sol y la Luna
La Luna decidía cuándo iniciar a las jóvenes en su etapa
adulta. Esta ceremonia se realizaba para engañar a los hombres, haciéndoles
creer que los espíritus eran tan poderosos, arbitrarios y caprichosos que
podían someter a toda la humanidad, incluidas las mujeres.
La Luna
Los preparativos eran llevados a
cabo en secreto. La Luna decidía qué papel desempeñaría en la ceremonia cada una de las elegidas para
participar en ella. Arreglaban pinturas y máscaras, repartían roles y por días ensayaban
con mucho cuidado la actuación, la mímica y la música.
Ritual de Iniciación
Todo esto era porque debían hacer
creer a los varones que algunos espíritus
por la noche bajaban del cielo, mientras otros surgían desde el interior de la
tierra. El espectáculo que se ofreciera debería admirar, persuadir e inducir al
temor a sus espectadores inadvertidos, tanto como para disuadirlos de rebelarse, pues ocultos poderes ordenaban que
las mujeres dominaran siempre.
Xalpen en trance
Durante la Fiesta el temible
espíritu femenino: Xalpen, surgía de
las cavernas subterráneas e ingresaba en la Gran Choza con un apetito voraz, que los varones debían satisfacer.
Pero rara vez se mostraba ante ellos, quienes sólo advertían indirectamente su
presencia, por los gritos que ellas daban y otras manifestaciones ígneas. Los
otros espíritus sólo eran anunciados con los cantos femeninos. Pero ese poder
matriarcal, si existió, no perduró.
Logo de Xalpen
Todo lo cura
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
En
relación con la salud suele considerarse como paradigma a Hipócrates, cuyo juramento,
aunque no es universal y reconoce versiones, ha sido tenido como modelo
deontológico y punto de partida para las cuestiones relativas a la Bioética. Algunos
puntos merecen ser analizados con detenimiento, por ser muy discutibles (como
la eutanasia y el aborto). Sin embargo continúa la vigencia del secreto
profesional y actuar en beneficio de los enfermos.
Busto de Hipócrates – Rubens
“Juro por Apolo médico, por
Asklepios, Higia y Panacea, por todos los dioses y todas las diosas, tomándolos
como testigos, cumplir fielmente, según mi leal saber y entender, este
juramento y compromiso”…
Juramento de Hipócrates – Manuscrito bizantino del siglo XI
Ha
perdido vigencia la invocación a los dioses de la antigua Grecia: Apolo,
Asklepios, Higia y Panacea. Pero, por tratarse de un tema relativo al cuidado, que la sociedad
tradicionalmente dejó a cargo de la mujer, habrá de ser considerado, aunque
sólo sea como una aproximación introductoria y precaria.
Al
hablar de la salud y el cuidado se evoca de un modo u otro a Hipócrates, principalmente por su
Juramento, pero también por sus prácticas, en sus semejanzas y diferencias con
las de nuestro tiempo. Se dice de él que desciende en línea directa
del dios Apolo.
Apolo, Quirón y Asklepios – Fresco
Apolo, según cuenta Hesíodo,
flechó a Coronis (o Corónide). Este
inmortal se unió con ella, una mujer
(mortal) con la que engendró a Asklepios
(Esculapio). Pero la infortunada esposa, enamorada de otro (un joven llamado
Isquis) le fue infiel. Un cuervo lo supo y se lo contó al dios engañado, que
castigó (por su infidente indiscreción) al ave, que era blanca hasta entonces,
a cambiar su color por el negro y la hizo portadora de malos augurios.
Apolo flecha a Coronis – D. Sampieri
A
su esposa la mató por celos, aunque otras versiones mencionan a Artemisa
como ejecutora. Luego el femicida (uxoricida) rescató al niño (Asklepios) del vientre de la madre ya
muerta. Hay quien dice que fue Hermes (Mercurio) el que salvó la vida del
infante al extraerlo de una pira funeraria en que se estaba incinerando a la
desdichada.
Rescate de Esculapio
Esculapio se formó con los mejores:
la Virgen Atenea (Minerva) y el centauro Quirón (Sagitario). De ellos
aprendió las artes de la curación.
Llegado el momento, comenzó a sanar a los enfermos. Esposó a Epíone y con ella tuvo hijas (Panacea,
Higia, Egle, Yaso y Aceso) e hijos (Telésforo, Arato, Podalirio y Macaón). Sus
descendientes, mujeres y varones le ayudaron a prevenir, tratar, proteger y,
tras la convalecencia, sanar.
Epíone – Estatua en Miskolc, Hungría
Pero
en su benevolencia, esto no le bastó y procedió a resucitar a los muertos.
Hades (Plutón), señor del Inframundo, del País de las Sombras vio disminuir a
sus súbditos y por ello presentó su queja ante el supremo Zeus, quien tras
juzgar el caso dio su dictamen, que impidió no sólo que los muertos
volviesen a la vida, sino que todos los enfermos hallasen una cura a sus males
y padecimientos.
Un hombre ante Asklepios y
Epíone
En
la actualidad, las riquezas (en manos de sus poseedores y nuestros ejecutores)
nos gobiernan. Por eso nuestro sistema es una plutocracia travestida. En ella
empresas vinculadas con la Medicina (laboratorios y clínicas médicas, empresas
funerarias y tanatorios, cementerios y jardines de paz) persiguiendo su
principal (y quizás única) finalidad (el lucro) perpetúan la vigencia de la
sentencia de Júpiter: asegurar la enfermedad y la muerte de los mortales
humanos.
Asklepios – Escultura
Esculapio
realizó muchas hazañas. Algunas de ellas en su Santuario en Epidauro al que
acudían enfermos de toda la Hélade. Aristófanes refiere en Plutón que algunas las
habría realizado como “curas de sueño”.
Las imágenes del fotógrafo G. Mason muestran el estado actual del templo
(en ruinas).
Templo de Asklepios
Entre
las sanaciones más relevantes está la relacionada con Himeneo, (el nombre apunta a himen e himno). Es el protector del matrimonio. Este término designa lo
propio de la madre (la mujer), en oposición al patrimonio, correspondiente al padre (el varón). La vida de este dios está caracterizada por grandes dudas,
como también su muerte.
Himeneo
Hay
versiones que dicen que unos piratas, engañados por su incomparable hermosura,
lo raptaron junto con algunas jóvenes, tomándolo por una ellas (referencia al secuestro extorsivo y la trata). Y fue en esas oscuras e
infortunadas circunstancias, según se afirma, que encontró la muerte inesperada
y prematuramente.
Preparación de la boda
Otras
narraciones cuentan que su deceso ocurrió en las bodas de Baco y Ariadna, en
flagrante contradicción con una de las historias de su nacimiento. Finalmente,
y para incrementar la incertidumbre que rodea a este mítico personaje, se dice
que falleció en el mismo día de su propia boda con Antiopa.
Himeneo
Todo
en él es una sumatoria de incógnitas. Como quiera que haya sido, todos los
dichos coinciden en que Asklepios
(Esculapio) lo resucitó. Con él el circuito fálico se completa. La deidad y
la institución han perdido adherentes con el transcurso del tiempo pese a que
el casamiento en la antigua Grecia era reverenciado. En su honor entonaban
odas. Safo cantaba:
“Alta debe ser la cámara —
¡Himeneo!
¡Hacedla alta, constructores!
Un novio viene —
¡Himeneo!
¡Como el propio dios de la guerra, el más alto de los altos!”
Safo y sus alumnas
En
el contexto actual es auténticamente celebrado casi exclusivamente por los
grupos que, de acuerdo con los viejos Códigos Civiles reformados por las nuevas
leyes (como por ejemplo: el Matrimonio Igualitario y la Identidad de Género)
pueden al realizarlo, incorporar y defender derechos largamente negados.
Amor homosexual
El
mágico sanador llevaba consigo un báculo que reforzaba su valor
simbólico con una serpiente que se enroscaba en él. La pretensión de ser quien todo lo cura,
considerada excesiva, motivó el castigo
de Zeus, quien lo fulminó con un rayo. Apolo se apiadó de él (ya que era su
propio hijo) y lo elevó al cielo, transformándolo en la constelación de Ofiuco (el Portador de Serpientes o
Serpentario), que atraviesa Sagitario y Escorpio. Así lo muestra el Atlas Coelestis de John Flamsteed.
Constelación de Ofiuco – Atlas Coelestis
Estos
atributos curativos y terapéuticos se asemejan al caduceo de Hermes (Mercurio). Sólo que en el
báculo del divino mensajero se entrelazan dos serpientes. Ellas, trepando en
ascenso al árbol de la vida trazan un dibujo, que puede verse como un ocho (8)
o el símbolo de infinito.
Hermes (Mercurio)
El
diseño implica la armonización de los opuestos y representa la neutralidad y la
pacificación. Por eso es que el caduceo hermético lo usaban los embajadores y
los heraldos como protección, pues era signo de inviolabilidad personal,
ya que hacía referencia al dios. Los grandes trágicos lo repiten: “No mates al
mensajero”, aunque sea portador de malas noticias.
Milagro Sala
La
dirigente popular jujeña une a su nombre Milagro
un segundo, menos conocido, pero igualmente simbólico: Ángela (que en griego significa: mensajera). Así es también ella doblemente mensajera,
como Hermes y como parlamentaria del Mercosur. El gobernador de la provincia
(Gerardo Morales, sin hacer honor a
su apellido) mandó detenerla, encerrarla y enjuiciarla, violando todas las
garantías constitucionales nacionales y los fueros internacionales.
Nancy Dupláa, Milagro Sala y Echarri
Es
por eso que representantes de la cultura, entendiendo la arbitrariedad de esas
medidas, piden por su libertad. La pseudoliberal gestión, travestida de
democracia sólo por el voto, olvida que en ese sistema es fundamental
beneficiar a los pobres y respetar las leyes vigentes.
Hermes (Mercurio)
Final
y complementariamente, en nuestra época Mercurio se ha convertido en un dios
que está por encima de cualquier otro, dentro y fuera del panteón helénico. Sus
normas, las del Mercado, prevalecen sobre las demás. Los humanos, y en general
todos los seres, al transformarse en mercancía son cosificados y pueden
comprarse y venderse, enajenarse, alienarse.
Mercurio (Hermes) – Artus Quellinus
De
este modo el capitalismo como sistema hegemónico en el mundo
posmoderno convalida prosaicamente, la falsa equivalencia homérica: ser y
tener. Las alas del emblema de Mercurio se deshicieron en el metal que lleva su
nombre y es más venenoso que sus sierpes. Éstas han mutado en gusanos devenidos
en conquistadores (como lo expresaba poéticamente E. A. Poe) que corroen el
corrupto sistema patriarcal. Por último, su caduceo fue sustituido por otro
símbolo sin dignidad alguna: $. Sin
embargo, conserva de aquél sus principales propiedades: conferir protección e inmunidad
a su portador.
Higia
Quien todo lo cura legó su emblema a una de
sus hijas (Higia o Higeia)
considerándola, por estar evidente y suficientemente empoderada, merecedora de
portar ese ofídico símbolo, que por ser fálico implica poder, aunque para ella
fuera asociado a la copa, signo de lo femenino y por ende nutriente.
Actualmente estas figuras continúan siendo aplicadas: la primera representa a
la Medicina y la segunda a la Farmacia.
Copa de Higia
Higia, la diosa griega que al
igual que su padre todo lo cura, fue
identificada por los romanos con la Salud.
Ella fue reverenciada en la antigüedad en templos por fieles que en
ellos dejaban sus ofrendas de
agradecimiento por su mejoría. Hoy ese concepto encarna el cuidado en la
limpieza y la higiene.
Higia
Panacea es la diosa cuyo nombre (en
griego) dice que todo lo cura.
Elaboraba medicinas sanadoras con hierbas y ungüentos. El reconocimiento de sus
devotos elevó en su honor un templo en Oropo. Ella sirvió de modelo para la
Medicina Homeopática y los alquimistas medievales, puros de corazón, buscaron no sólo la piedra filosofal, el quinto
elemento, sino también la panacea, el
remedio universal para todos los males.
Panacea
La
curación medicamentosa comenzó cuando Perseo decapitó a la Medusa Gorgona y de
la sangre de las serpientes que formaban su cabellera surgieron fluidos
sanadores. Actualmente nadie menciona a Apolo, ni a Esculapio. Estos dioses,
pese a ser inmortales, han muerto. Pero, lejos de la cultura y la religión de
la Grecia clásica, el mundo contemporáneo
recuerda a Higia y Panacea, sus aplicadas nietas e hijas
respectivamente, que inspiran las acciones cotidianas de quienes cuidan de la
salud no sólo profesional, sino también
vocacionalmente.
Estas
reflexiones y otras fueron motivadas en principio por el 5° Congreso Provincial
de Atención Primaria de la Salud y el 3er. Encuentro Nacional de APS,
realizados en Mar del Plata bajo el lema: “De modelos Hegemónicos a Procesos
Colectivos”, en el 2012 con el auspicio de la Dirección de Cultura y Educación
y el Ministerio de Desarrollo Social.
Desde
entonces hasta ahora se han considerado los principios bioéticos expuestos, en
el seno de la Comisión Mixta de Salud y Seguridad en el Empleo Público
(CoMiSaSEP) y el Comité Mixto Distrital de Salud y Seguridad de General
Pueyrredón, DGC y E. “Organismo con representación de los Trabajadores y el
Estado.”