REFLEJO DE MUJER
N° 52 AÑO V
ABRIL de 2021
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
SUMARIO
Isabel de Francia
Juana de Flandes
Isabel de Francia
Isabel
Isabel de Francia nació en París, en el Reino de Francia en el año 1292. Ella fue la tercera y única hija del Rey Felipe IV de Francia y de la Reina Juana I de Navarra. Además, fue hermana de los reyes Luis X, Felipe V y Carlos IV. Sus contemporáneos ingleses y detractores la llamaron la Loba de Francia (Louve de France).
ISABEL LA LOBA DE FRANCIA
Isabel de Francia se casó con el Rey Eduardo II de Inglaterra, luego de una ardua negociación que duró cerca de diez (10) años en la ciudad de Boulogne sur Mer, el 25 de enero de 1308. Desde su llegada a la corte inglesa Isabel fue celebrada por su belleza. El cronista Geoffrey de Paris la describió como la bella entre las bellas...en el reino sino acaso en toda Europa.
Isabel tenía, como su padre Felipe IV, (que por aquel entonces tenía fama de ser el hombre más hermoso en Europa) el pelo rubio y grueso además de los ojos grandes, imperturbables y de color azul pálido. A pesar de ello, su belleza no logró atraer lo bastante a su marido, que prefería la compañía de su favorito de ese momento: Piers Gaveston.
Eduardo II, Piers Gaveston e Isabel de Francia
Pese a todo, la pareja real de Isabel de Francia y Eduardo II de Inglaterra pudo engendrar cuatro hijos (se sabe que la reina sufrió, por lo menos, un aborto). Y con los años, el rey se inclinó cada vez más hacia sus otros amantes masculinos preferidos, y fue relegando a la reina y postergándola y alejándose de ella.
De todos los elegidos por el rey, su marido, como los Le Despenser (padre e hijo), la reina despreciaba sobre todo y muy especialmente a Hugo Le Despenser el Joven. Se contó que en una ocasión, llegó a abandonarla a su suerte en la peligrosa localidad escocesa de Tynemouth. Milagrosamente, Isabel escapó de las huestes de Roberto the Bruce (Roberto I de Escocia) y llegó a salvo a las costas inglesas.
Hugo Despenser
En 1321, Isabel estando embarazada de su hijo menor, le rogó dramáticamente a su esposo que desterrara para siempre del reino a Le Despenser. El rey lo exilió, pero en ese mismo año lo reintegró a la corte. Esto acabó por volver a la reina totalmente en su contra. Así, fue que ella ayudó a Sir Roger Mortimer, barón de Wigmore, a escapar de la Torre de Londres.
El rey había confinado a Sir Roger Mortimer, barón de Wigmore, a la Torre de Londres, por oponerse a los Le Despenser en 1323. Isabel, ansiosa de escapar de su esposo, encontró la oportunidad ideal, cuando el rey Carlos IV de Francia (el tercero de sus hermanos en subir al trono francés) le cedió a su cuñado Eduardo II sus posesiones francesas: los ducados de Aquitania y Guyena, en 1325.
La reina se ofreció para ir a Francia para garantizar la paz entre ambas naciones. Allí se reencontró con Mortimer, convirtiéndose en su amante. Enterado de esto, el rey inglés exigió el retorno de su esposa. Pero el rey Carlos IV, el hermoso al negarse a expulsar a su hermana de Francia, protegió a Isabel de los abusos y humillaciones de su esposo.
Isabel y Mortimer
Isabel y Roger Mortimer abandonaron la corte francesa en el verano de 1326. Marcharon hacia la corte del conde Guillermo I de Henao, el bueno (cuya esposa era prima de Isabel). Henao les dio la ayuda armada que necesitaban, a cambio del compromiso matrimonial de su hija Felipa con el futuro rey Eduardo III. El príncipe Eduardo homenajeó en 1325 a Carlos IV bajo la guía de su madre Isabel.
Guillermo I de Henao
El 21 de septiembre de 1326, Isabel y Mortimer, al mando de su ejército mercenario, arribaron a las costas de Suffolk. Eduardo II ofreció recompensa por las cabezas de ambos, pero ya todo estaba perdido para él. Sus aliados lo abandonaron, los Le Despenser fueron asesinados y finalmente el rey inglés fue capturado y obligado a abdicar a favor de su hijo en enero de 1327.
Eduardo, Carlos IV e Isabel
En septiembre de ese mismo año, el depuesto monarca Eduardo II fue asesinado en el castillo de Berkeley, por órdenes de la reina y Mortimer. El joven Eduardo III fue coronado el 25 de enero de 1327. Eduardo III de Inglaterra se casó con Felipa de Hainaut y Francia (hija de Guillermo I de Hainaut).
Castillo Warwick
A partir del momento en que Eduardo III fue coronado, Isabel gobernó como regente de Inglaterra, conjuntamente con su amante, Roger Mortimer. Pero, el nuevo monarca, no nunca le perdonó a Mortimer haber sido el amante de su madre. Así fue que habiéndose hecho cargo del gobierno, tomó el control y lo apresó en 1330.
Regreso de Isabel
Pese a que Isabel rogó a su hijo el rey Eduardo III por la vida de su amante, Roger Mortimer fue enjuiciado por traición y finalmente ahorcado en Tyburn, el 29 de noviembre de 1330. Al perder a su amor y al hijo que esperaba de él, la reina madre, se retiró de la corte en un autodestierro (ostracismo).
Eduardo III
Isabel fue confinada en el castillo de Rising (Norfolk). Allí falleció en Hertford, Hertfordshire, Reino de Inglaterra, luego de haber tomado el hábito de clarisa, el 22 de agosto de 1358, a los 67 años de edad. La reina madre fue sepultada en la iglesia franciscana de Newgate en Londres con el vestido de sus nupcias con Eduardo II.
Castillo de Rising
El Arte tuvo a Isabel, la Loba de Francia como un sujeto de interés especial. Ella fue uno de los personajes principales de la epopeya histórica de Maurice Druon, Los Reyes Malditos. En autor le dedicó a Isabel el quinto (V) tomo de la saga. Además, varias Películas han tratado la figura de la polémica reina. Ese texto dio lugar a una miniserie con el mismo nombre.
Otros autores se sintieron atraídos por la vida pública y privada de Isabel de Francia. Las Artes Visuales e Integradas respondieron. En 1991 Derek Jarman dirigió a Tilda Swinton en Eduardo II; y en 1995 Mel Gibson filmó Braveheart con SophieMarceau. Series de Televisión la han tratado. En 2012 World Without End con Aure Atika; y en 2017 Knightfall: La Guerra por El Santo Grial, con Sabrina Bartlet.
World Without End, (Mundo sin Fin) Ken Follett
Juana de Flandes
Juana de Flandes nació en el año 1295. Era hija de Luis I, Conde de Nevers y Juana, Condesa de Rethel, y hermana de Luis I, Conde de Flandes. Se casó en marzo de 1329, con Juan de Monfort, quien reclamó el título de Duque de Bretaña, y ella fue la Duquesa de Bretaña por su matrimonio con él (aunque fue impugnado por Juana de Penthièvre y su marido, Carlos de Blois). El matrimonio tuvo dos hijos: Juan IV, Duque de Bretaña y Juana de Bretaña, Baronesa de Drayton.
La mayor parte de la vida de Juana de Flandes estuvo dedicada a la defensa de los derechos de su marido y, más tarde, de su hijo, porque ellos fueron desafiados por la Casa de Blois durante la Guerra de Sucesión Bretona. Debido a sus hazañas de liderazgo, el filósofo David Hume la describió como la mujer más extraordinaria de la época. Fue alabada por el cronista Jean Froissart por su coraje y energía.
Juan de Montfort
Juana de Flandes, después de que su marido fuera capturado, fue conocida por su ardiente personalidad al dirigir la causa montfortiana. Ella comenzó la lucha, mostrando considerable habilidad como dirigente militar. Al poco tiempo de haberse refugiado en Inglaterra, fue confinada en el Castillo de Tickhill por orden del rey Eduardo III de Inglaterra.
El duque de Bretaña murió sin hijos en 1341, y dejó atrás una polémica disputa sucesoria. Durante muchos años había intentado encontrar el modo de asegurarse de que los hijos de su madrastra, no heredaran el Ducado, incluyendo el intento de anular el matrimonio de su padre. Por entonces declaró heredera a su sobrina Juana de Penthièvre.
Combate entre caballeros bretones e ingleses
Aun así se reconcilió con su medio hermano, Juan de Monfort, poco antes de su muerte, e indicó que sería él su sucesor. A la muerte del Duque Juan III, había dos pretendientes rivales al Ducado de Bretaña: la Casa de Montfort, dirigida por Juan de Montfort y su mujer Juana, y la Blois dirigida por Carlos de Blois y su mujer Juana de Penthièvre.
Juan de Montfort pidió ser atendido por Felipe VI, el rey. Felipe, que era tío de Carlos Blois, procedió a encarcelar a Juan, a su rival, pese a haberle hecho la promesa de mantener una conducta segura. Felipe y los tribunales franceses declararon entonces a Juana y Carlos como los verdaderos, auténticos y únicos herederos del Ducado en disputa.
Escudo de la Casa Blois
Juana de Flandes entonces anunció que su pequeño hijo era el dirigente de la facción montfortiana y ella se constituyó como regente. Reunió un ejército y capturó Redon. Desde allí fue a Hennebont, para preparar un asedio. Cuando Carlos de Blois llegó en 1342 debida y oportunamente y sitió la ciudad. Ella envió a Amaury de Clisson para solicitar ayuda a Eduardo III de Inglaterra.
El rey Eduardo III de Inglaterra estaba ansioso por prestarle auxilio, ya que él había estado reclamando la corona francesa para sí mismo, y por tanto estaba en desacuerdo con Felipe. Consideraba que si pudía conseguir a Bretaña como aliada, conseguiría una gran ventaja para sus futuras campañas. Así fue que preparó sus naves bajo las órdenes de Guillermo de Mauny para aliviar el asedio de Hennebont.
Eduardo III
Juana de Flandes tomó las armas y, vestida con armadura, condujo la defensa de la ciudad, (en el asedio de Hennebont) animando a las personas a luchar, e instando a las mujeres a cortar sus faldas y tomar su seguridad con sus propias manos. Cuando desde una torre vio que el campamento enemigo estaba casi desguarnecido, condujo a trescientos hombres a la carga, quemó los suministros de Carlos y destruyó sus tiendas.
Tras ese episodio se hizo conocida como Juana la Flama. Cuando la facción Blois advirtió lo que estaba sucediendo, le cortaron la retirada a la ciudad. Pero ella y sus caballeros se dirigieron hacia Brest, atrayendo a una parte de las fuerzas de rivales a sus filas. Tras asegurarse esa plaza, la Llama reunió más partidarios adicionales y en secreto con ellos regresó a Hennebont, eludiendo a las fuerzas enemigas y reingresando en la ciudad con refuerzos.
Escudo de la Casa Blois
Carlos intentó sitiarlos por el hambre. Durante una larga reunión, el obispo de León intentó persuadir a Juana para que se rindiera. Pero desde la ventana vio la flota de Guillermo de Mauny arribar desde Inglaterra. Entonces ella resistió y se fortaleció con los enviados ingleses. Y de Blois debió retroceder. Pero aún así intentó aislarla tomando otras ciudades de Bretaña. A su regreso, intentó recapturar Hennebont y nuevamente fracasó.
Juana navegó hasta Inglaterra para buscar más refuerzos del rey Eduardo, el cual se los proporcionó. Pero la flota inglesa fue interceptada en su regreso a Bretaña por Luis de España, un aliado de Carlos de Blois. Se trabaron en una lucha muy reñida marineros y caballeros, cuando los hombres de Luis intentaron abordar el barco de Juana. Entonces ambos bandos combatieron.
Juana la Flama Jeanne Malivel
Juana misma en persona, según registró Froissart, peleó con el corazón de un león, y en su mano blandía una aguda glaive, con la que luchó ferozmente. Finalmente las fuerzas inglesas batieron a los barcos de Luis y tomaron puerto en la cercana ciudad de Vannes. Capturaron luego esta villa, sitiaron Rennes y así buscaron romper el asedio de Hennebont.
Desde este punto Juana tomó parte indirecta en la lucha, pues su facción ahora era dirigida por los señores ingleses de la guerra. Como ninguna de las partes logró conseguir una victoria decisiva, por la tregua de Malestroit en 1343, su marido Juan fue liberado y las hostilidades cesaron por un tiempo. Luego él fue encarcelado una vez más, pero huyó y el conflicto se reanudó.
Hennebont
Cuando Juan, el marido de Juana de Flandes murió en 1345, en medio de la guerra, ella volvió a ser la conductora del partido montfortiano, para proteger los derechos de su hijo Juan V contra la Casa de Blois. En 1347, las fuerzas inglesas que actuaban en su nombre y respondiendo a los intereses de la Llama, finalmente lograron capturar a Carlos de Blois en plena batalla.
Por ese entonces Juana de Flandes y su hijo Juan V vivían en Inglaterra. Inicialmente allí fue bienvenida y recibida con honores. Pero más tarde fue confinada por orden de Eduardo III y pasó el resto de su vida recluida en Tickhill Castle y otros lugares. El rey la confió hasta 1346 al cuidado de Sir William Frank, y Thomas Haukeston hasta 1357 y John Delves, hasta 1370, cuando éste murió, finalmente a su viuda Isabella y Godfrei Foljambe.
Homenaje a Jean de Montfort
Arthur de la Borderie atribuyó su confinamiento a enfermedad mental, pero búsquedas más recientes no encontraron ninguna evidencia de perturbación alguna. Es poco probable que Warmer de Giston, aún con la asistencia de sus hacendados, se hubiera arriesgado hasta comprometerse a sí mismo por sacarla del castillo en 1347 e intentado huir, si estuviera mentalmente enferma.
Es más probable que Eduardo III la haya encerrado para aumentar su propio poder en Bretaña. Juana de Flandes vivió lo suficiente como para ver la victoria final de su hijo Juan IV, Duque de Bretaña sobre la Casa de Blois en 1364. Sin embargo, ella nunca regresó al ducado. La última mención a ella y su guardián data del 14 de febrero de 1374. Aparentemente murió en septiembre ese mismo año.
Sitio de Hennebont
Juana de Flandes fue pronto conocida como prototipo de mujer marcial en Bretaña, y una posible influencia para Juana de Arco de Francia. No sólo la han elogiado los autores ya mencionados, como el cronista medieval y el filósofo moderno, sino que contemporáneamente sus valores han sido resaltados por las feministas victorianas quienes también la citaron como un modelo a seguir.
Harriet Taylor Mill en su ensayo The Enfranchisement of Women la mencionó como una de las heroicas castellanas de la Edad Media. Amelia Bloomer también la citó como una de las mujeres heroicas de la época. Pierce Butler dijo que ella fue conocida por nosotros, a través del registro entusiasta de Froissart, como una amazona, pero apenas conocida como mujer.
Concluyendo: En esas cualidades admiradas por la caballerosidad era indudablemente una mujer extraordinaria: briosa y personalmente valiente, con una cabeza para planear proezas osadas y un corazón para conducirla a través del peligro; impulsiva y generosa, una gobernante entregada y una admiradora de esas acciones de audacia caballeresca en otros las cuales estaba dispuesta a compartir ... Uno no puede leer su historia sin entusiasmarse, pero a uno le gustaría saber más de la mujer antes de otorgar elogios a la condesa que valía como un hombre en la lucha y que tenía el corazón de un león.
Juana de Flandes fue posteriormente recordada por sus proezas en el folclore bretón, en particular en una balada recogida en el Barzaz Breiz, que relata su ataque al campamento en Hennebont. En el libro de corte nacionalista bretón Histoire de Notre Bretagne de 1922, escrito por Jeanne Coroller Danio ella fue descripta como una heroína de la resistencia contra la ocupación francesa.
Juana de Flandes
Barzaz Breiz
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