N° 17 AÑO II
Mayo de 2018
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
SUMARIO
El picaflor
Contadas e incontables
El picaflor
Pablo Neruda
El colibrí de siete luces,
el picaflor de siete flores,
busca un dedal donde vivir:
son desgraciados sus amores,
sin una casa donde ir
lejos del mundo y de las flores.
el picaflor de siete flores,
busca un dedal donde vivir:
son desgraciados sus amores,
sin una casa donde ir
lejos del mundo y de las flores.
Es ilegal su amor, señor,
vuelva otro día y a otra hora:
debe casarse el picaflor
para vivir con picaflora:
yo no le alquilo este dedal
para este tráfico ilegal.
vuelva otro día y a otra hora:
debe casarse el picaflor
para vivir con picaflora:
yo no le alquilo este dedal
para este tráfico ilegal.
El picaflor se fue por fin
con sus amores al jardín
y allí llegó una gato feroz
a devorarlos a los dos:
el picaflor de siete flores
la picaflora de colores:
se los comió un gato infernal
pero su muerte fue legal.
con sus amores al jardín
y allí llegó una gato feroz
a devorarlos a los dos:
el picaflor de siete flores
la picaflora de colores:
se los comió un gato infernal
pero su muerte fue legal.
Contadas e incontables
Las andanzas eróticas de Hércules, contadas e incontables,
suponen una manera de concebir y tratar a la mujer, propia de los tiempos heroicos
y del régimen patriarcal. Uno de sus amores lo halló cuando intentaba cumplir
con uno de los trabajos (el noveno) que le fueron encomendados: conseguir el
cinturón mágico que Ares (equivalente griego de Marte, el sangriento dios de la
guerra entre los romanos) padre de la reina de las Amazonas le había regalado a
su hija Hipólita.
Hércules
e Hipólita
Ella también, aunque como excepción, le habría correspondido sentimentalmente, pues a
los varones en la comunidad amazónica
sólo se les reconocía como reproductores
. Por esa razón pudo haberle entregado
voluntariamente la valiosa prenda. Aunque, según otras versiones ella se lo habría
dado como rescate para que su
hermana Melanipa fuese liberada del secuestro del que fuera víctima. Una reliquia a cambio de una vida.
Hipólita da el cinturón a Hércules
La tradición hace intervenir nuevamente a Hera, quien continuando con su
venganza, habría introducido la
desconfianza sobre la relación del intruso con la reina. La discordia inducida en el seno de las
Amazonas y la confusión generalizada facilitarían el fatal desenlace
en que Heracles, el heroico enamorado, diese
muerte en combate a su amada Hipólita.
Hércules e Hipólita
La ópera barroca de Antonio Vivaldi Hércules en el Termodonte , aunque parcialmente perdida, recrea
este singular episodio, apelando a la ley
natural que las amazonas violarían, con sus actitudes belicosas y
masculinas. Para corregir ese error Hércules se propuso dejar el territorio libre de mujeres.
Hércules mata a Hipólita
Deyanira
(la Vencedora de los Héroes) también practicaba las Artes
Marciales, como las amazonas, e incluso conducía un carro. Su padre la
prometió, según Apolodoro, a Aqueloo (el dios río). Pero Hércules la
pretendía para sí mismo. Para conseguirla luchó con aquél y lo venció. Así
consiguió a su tercera esposa.
Hércules y Deyanira
El malvado centauro
Neso, solía cobrar peaje aquienes pretendían cruzar el
caudaloso río Eveno, que consideraba propio. Esto mismo le reclamó a la mítica
pareja recién casada. Hércules se negó a pagar y alcanzó a nado la otra orilla.
Entonces el perverso híbrido capturó
a la mujer que había quedado sola e intentó violarla.
Neso,
Deyanira y Hércules
El esposo desesperado arroja flechas, envenenadas
quizás, contra el secuestrador y lo
hiere de muerte. En su agonía el malévolo ser engaña a Deyanira, haciéndole creer que si ella mojara con esa sangre la capa del héroe, éste le sería
siempre fiel y la amaría
eternamente. Ella guardó ese elixir,
como un producto para enamorar,
porque pensó que nunca se sabe si se lo va a necesitar. En el transcurso de su
matrimonio Deyanira, el tercero de Hércules, tuvo dos hijos: Macaria e Hilo.
Neso, Deyanira y Hércules
Su temor fastasmal
a perder a su amor tomó cuerpo, cuando reapareció Yole, un antiguo amor de Hércules en otras tierras, que se tornó en
el último. Algunas versiones culpan
a Afrodita de la cadena de
infortunados desastres ocurridos por la amable
aparición, que provocó los celos de Deyanira. Su mundo debía volver a
recuperar el equilibrio perdido y ella a su esposo.
Yole, representación medieval
Muchas veces el miedo
es un mal consejero al que conviene no oír. Pero por la inseguridad de ese
momento ella se acordó de la reliquia
que le había dado Neso poco antes de
morir y que ella no sólo guardó, sino que atesoró: la sangre de enamorar. Repasó mentalmente las instrucciones que el
centauro le dejara para conseguir el resultado afrodisíaco deseado.
Licas entrega la túnica a Hércules
Luego entregó a Licas
la capa con la sangre de Neso para que el heraldo se la diese a Hércules, para
que la vistiera en la ceremonia a la que debía asistir. En contacto con la
prenda envenenada la piel del héroe comenzó a arder. Esta acción carente de
culpa del compañero, fue considerada como una traición por Hércules, quien lo
arrojó al mar, donde se convirtió un una roca más.
Hércules
arroja al mar a Licas
El escozor pasó a ardor y luego a dolor insoportable,
desde la piel a los músculos y llegó a los huesos. Sin pensarlo más, en el
arrebato arrancó los árboles con los que construyó una pira y la encendió. Luego le dio sus armas a Filoctetes para
triunfar sobre Troya en la guerra,
creyendo que sin ellas los griegos no alcanzarían la victoria. Finalmente se metió en ella. Allí el fuego consumió su
parte humana.
La
muerte de Hércules – F. Zurbarán
La muerte de
Hércules representada en la obra de Zurbarán, muestra al centauro Neso en el
fondo, haciéndolo responsable de ese trágico desenlace, cuyas secuelas fueron la inmolación de dos de sus enamorados: Yolao y Deyanira. Al
primero se le rindió culto. A la viuda
no se le ha hecho justicia, pues se la ha tenido como envenenadora.
Yolao y Hércules unidos por Eros
Se omitió el hecho de haber sido la prometida del dios
río Aqueloo, que separa la región de
la que ella era oriunda de la zona propia de Yole. Todo esto prescindiendo de la violencia como característica distintiva de sus relaciones amorosas, fueran éstas masculinas o
femeninas.
Apoteosis de Hércules – P.P. Rubens
Tras su muerte como humano, sobrevino su apoteosis, cuando se lo integró como
dios. Entonces, según Homero tuvo lugar su cuarto matrimonio, pero con una inmortal: Hebe, conocida como Juventas por los romanos.
Apoteosis de Hércules – F. Le Moyne
Los poetas homéridas cantaron en la Ilíada y en la Odisea también la relación de Hebe
y Hércules. Ambos poemas épicos aportan
elementos y datos ilustrativos. En la Ilíada
se dice de Hebe que era la hija favorita de Juno (Hera). Mientras que su
padre, Zeus tenía como preferida a
Palas Atenea (Minerva).
Hércules y Hebe
Hebe asistía
a los dioses y escandía su bebida y
que al casarse ella, el raptado Ganimedes cumplió esa función secundaria. Y en
la Odisea Homero cuenta que del
matrimonio de Hebe y Hércules tuvieron dos
hijos: Alexiares (la que
ahuyenta la guerra) y Aniceto (el
invencible). Ambos, como especial favor por ser descendientes de Hebe,
permanecieron siempre niños.
Casamiento de Hebe y Hércules
El matrimonio de Hércules y Hebe descendió algunas
veces a la tierra para visitar a los
mortales humanos. En una de esas ocasiones lo hicieron para persuadir a Filoctetes de participar de la Guerra
de Troya. El que fuera amante del heroico matador de Caco, no pudo participar
en principio de la contienda por haber sido mordido por una serpiente.
Filoctetes
en la isla de Lemnos – Jean Germain Droual
Pero, una vez repuesto y curado, pudo llevar las armas
que Hércules le dejó como legado. Con
ellas hirió y mató al príncipe troyano Paris,
el raptor de Helena de Esparta, a quien Filoctetes
pretendió antes de que Menelao la
esposara.
Hércules con Telefo, uno de los heráclidas
En otra oportunidad lo hicieron para entrevistar a otro
de los antiguos amantes de Hércules: Yolao,
su sobrino, para ayudarlo en la defensa de los heráclidas, enfrentados con Euristeo.
Este rey que le había impuesto los doce trabajos al héroe, cuando se deificó
persiguió a sus hijos, primero refugiados en Atenas. La tradición cuenta que
con auxilio divino, el amado sobrino le dio muerte.
Euristeo escondido en un ánfora
Las relaciones amorosas de Hércules son inseparables de otros hechos relativos
a los trabajos y las aventuras que protagonizó. Los de
Hércules son amores sin cuenta. Lo
son, en principio, por lo innumerables.
Las parejas femeninas mortales e
inmortales, le dieron una numerosa descendencia que se conoció con el
nombre abarcador de heráclidas. Y
sólo de ellas se habló fuera del mundo antiguo griego, aunque se conservó la misoginia y el patriarcado de entonces.
Eros
Plutarco en
el diálogo Erótico (en defensa del amor conyugal) comparó la
homosexualidad y la heterosexualidad y
elogiando a Eros, afirmó que las parejas masculinas de Hércules fueron tantas que sería imposible contarlas (enumerarlas). No se contó
(narró) nada sobre sus vinculaciones
homosexuales, cuando la sociedad se
hizo exclusiva y obligatoriamente heterosexual. El relato de
las relaciones homosexuales fue
censurado, esas acciones fueron prohibidas por considerárselas inmorales o desviadas, cuando no delictivas.