1 Mayo de 2019
N° 29 AÑO III
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Mujer de la Edad Media
SUMARIO
Adiós a la Antigüedad. Bienvenida a la Edad Media
La Mujer ingresa en la Edad Media
Adiós a la Antigüedad. Bienvenida a la Edad Media
La Antigüedad clásica se resumió en una figura paradigmática y alegórica: Hipatia de Alejandría. Pero, como ella otras mujeres fueron relevantes, aunque quizás no en igual medida ni con la silente difusión que pese a todo tuvo la filósofa neoplatónica. Su ilustre y romántico destino, sobre todo su trágica muerte, contribuyeron a su oculta difusión.
Hipatia de Alejandría – Carl Sagan
Las pocas mujeres que pese a todo lograron descollar, fueron maltratadas por la crítica patriarcal y machista posterior. Así, pese a reconocer el ansia de saber y el amor por escrutar los secretos del mundo como un fenómeno típicamente griego, común entre varones y mujeres, Juan de Dios Huarte de San Juan, por ejemplo, pudo hacer afirmaciones temerarias y discriminatorias.
Juan de Dios Huarte de San Juan
En el siglo XVI Juan de Dios Huarte de San Juan, escribió su obra Examen de los ingenios para las ciencias, publicada en 1575 y, póstumamente en 1603 y modernamente muchas veces más. En ella se propuso mejorar la sociedad a través de la educación, impartiendo instrucción diferente a cada uno, según sus aptitudes personales propias.
Huarte estudió Humanidades y Medicina. De esos conocimientos se valió para elaborar sus tesis, que la Inquisición censuró e incluyó en el Índex. Compensatoriamente Miguel de Cervantes capitalizó sus enseñanzas en el Don Quijote de la Mancha, al que señaló como ingenioso y también en El licenciado Vidriera. Además, Huarte funge como patrón (no oficial) de las Facultades de Psicología en España, puesto que nunca fue canonizado.
Don Quijote y Sancho
El licenciado Vidriera
Huarte, en su obra Examen de los ingenios para las ciencias, cuenta que: “Pero, lo que más espanta de Grecia es, que siendo el ingenio de las mujeres tan repugnante a las letras (como adelante probaremos) hubo tantas griegas y tan señaladas en ciencias, que vinieron a competir con los hombres muy racionales, como se lee de Leoncia, mujer sapientísima que, siendo Teofrasto el mayor filósofo que hubo en su tiempo, escribió contra él, notándole muchos errores en filosofía”.
La filósofa Leoncia (también conocida como Leontion o incluso Leoncio) integrante del grupo epicúreo, no sólo fue ignorada porque sus obras han desaparecido, sino que fue obviada por los Historiadores de la Filosofía y maltratada por quienes podrían haber sabido más de ella. Por ejemplo, Diógenes Laercio la trató de prostituta, aunque menciona que ella mantenía correspondencia con Epicuro, quien se congratula al recibir sus cartas.
Leoncia de Atenas
Otros autores de la Antigüedad la hicieron directora de una escuela, pero la mencionaron en forma derogatoria, insistiendo en verla como mujerzuela, y extenderlo a su hija la Danae también integrante de la corriente epicúrea.
Leoncia
Ninguno de sus acusadores reparó en que ella fue capaz de repensar a quien continuó con el Liceo luego de Aristóteles: el filósofo Teofrasto. Ni tampoco en que luego de analizar el contenido de su texto, lo criticó y halló en él errores tales que varón alguno había descubierto hasta entonces.
Aristóteles con sus discípulos Teofrasto y Estratón – Lebiedzki Rahl
Temista de Lampsaco fue otra filósofa epicúrea, condiscípula de Leoncia. Cicerón se admiró de que autores relevantes la mencionaran tan elogiosamente en sus escritos, que según sus afirmaciones, mejor hubiera sido que los dedicasen a los héroes. Ella también fue alumna y corresponsal de Epicuro, quien la consideró tanto como para dedicarle una de sus obras: A Temista, según Diógenes Laercio. La relevancia de Temista fue tal, que Lactancio la consideró como la única mujer filósofa.
En el Jardín de Epicuro había también muchas otras mujeres talentosas, que el maestro hedonista aceptaba complacido. Entre los discípulos de su Academia también había esclavos, que otras escuelas no admitían y disfrutaban del estudio en una igualdad intelectual excepcional, en la consideración de que así como muchas mujeres se mostraban dotadas para las letras, también podrían ser relevantes en la Filosofía, como Nicodiona y Mammariona.
Epicuro – Rafael
Hipatia de Alejandría, la mártir neoplatónica fue para algunos estudiosos la primera filósofa y para otros la última de las grandes heroínas rebeldes de la Antigüedad y marcó el fin de una era. Asociada con el neoplatonismo también estuvo la emperatriz Salonina (esposa de Galieno). Se la vinculó con el proyecto de Plotino de fundar Platonópolis en Nápoles, según las normas que Platón estableciera en la República.
Emperatriz Cornelia Salonina
Esa ciudad planeada pudo haber sido el comienzo de una nueva organización social y cultural. Salonina y su esposo protegieron a Plotino. Ambos se distinguieron por su búsqueda filosófica, quizás porque aún en el Imperio Romano ellos estaban helenizados. Y tal vez su fascinación por el mundo griego los alejó parcialmente, del romano. En la Roma actual puede apreciarse el Muro serviano dedicado a Galieno y su esposa Salonina, santísima augusta.
Muro serviano
Hay quienes, como Joaquín Iriarte, que afirmaron que entre los romanos nunca figuró el interés por los estudios teóricos. Y enfatizaron que, menos aún entre las mujeres. Las romanas típicas Si las había, tenían según comentaristas parcializados, amor por la patria y sus hijos, pero no por el conocimiento. Los clásicos latinos, como los poetas Ovidio, Marcial y Catulo, cuando hablaron de mujeres descollantes, se referían a las griegas.
Ovidio – Héctor Ferrari
Joaquín Iriarte al analizar el puesto de la mujer en la filosofía, elogió a Cornelia, la madre de los Gracos, y mencionó a Leila, quien fuera alabada por el orador y retórico Cicerón; como así también a Helvia Albina, la hispano romana madre del filósofo Séneca y Paulina, su esposa. Pero, las consideró como representantes del estoicismo práctico femenino y no como ejemplos doctrinales.
Cicerón – Bertel Thorvaldsen
Helvia Albina fue educada según la tradición romana, consistente en formar esposas y madres obedientes a las normas y con los conocimientos necesarios para llevar eficientemente su propia casa (domus) y las actividades (domésticas) relativas a su mantenimiento. Aún las mujeres adultas y libres carecían de los derechos fundamentales y eran consideradas como niños.
Helvia Albina
Muchas pudieron haber sido las causas de de que en el Imperio Romano las mujeres no hayan tenido un desempeño intelectual relevante. Ellas van desde las religiosas y políticas, como la imposición del cristianismo en todo el Imperio, hasta las morales e ideológicas, que consideraban que la mujer debería tener sólo funciones reproductivas o recreativas, que hasta hoy perviven.
Mujeres romanas
Pero una de las razones para que las mujeres no hayan podido tener logros notables y distinguidos en la cultura romana, y que esto fuera posible como para imponerse, concretarse y manifestarse como norma en toda la extensión del Imperio la dio el mismo Cicerón en su escrito Consolación a Helvia, en que se lamentaba de que a su madre, siendo tan inteligente como era, no se le hubiera permitido estudiar.
“Ojalá mi padre, el mejor de los maridos, menos entregado a las costumbres de sus mayores, hubiera querido que ella tuvieses no un roce, sino una profunda compenetración con los preceptos de la sabiduría”.
Séneca
Helvia Albina
La Mujer ingresa en la Edad Media
La Edad Media ha sido el período histórico de mayor extensión en el tiempo, y quizás por esa razón, el menos conocido, y el que ha cargado con los prejuicios de la posterioridad. Suele dividirse en Alta o temprana (del siglo V al XI) y Baja (del XI al XV). Si bien es cierto que en ella la tortura campeó, no es la crueldad un patrimonio suyo exclusivamente. Por otra parte, si bien el fanatismo religioso característico primó, en las épocas modernas no desapareció.
Mujer Torturada
La Edad Moderna pretendió sustituir la fe religiosa por la científica, pero los movimientos de la Reforma y la Contra Reforma, han tenido esa misma motivación, aunque con otras causas adicionales. Vale un contra ejemplo como prueba. Es lo sucedido con el médico del monarca español Felipe II, Miguel Servet, estudioso de la circulación sanguínea, quien por temor a la Inquisición, marchó, a Suiza buscando mayor libertad. Y allí fue condenado a morir la hoguera, por su tratado sobre la Trinidad.
Miguel Servet
Laboralmente, los gremios ordenaron con enseñanzas, organización, reglas, protección y fueros a los trabajadores, que por entonces no ocupaban en sus tareas más de cien días anualmente. Dado que la mayor parte de la población era rural, las actividades se concentraban en los tiempos de la siembra y la cosecha. La ganadería era intensiva o familiar. En todas ellas participaban las mujeres, quienes además producían artesanías que mercaban en las ferias.
Los hechos cronológicos tomados como hitos indicadores del comienzo y fin de la Edad Media difieren según los criterios de sincronización, pues por un lado, todos ellos son relevantes y, por otro el corte del cambio no es neto ni instantáneo, sino gradual, con una faja de transición a ambos lados del límite, pues se trata más bien de una zona de frontera.
Los acontecimientos más relevantes del primer período medieval, desde la caída del Imperio Romano de Occidente, al ser tomada Roma por los hunos, abarcan desde la instauración del reino franco en la Galia, en el siglo V; el visigodo en España; el vándalo en el norte de África; la derrota de Atila; los reinos lombardo, ostrogodo y hérulo en Italia; y el anglosajón en Inglaterra.
Caída de Roma
Por otra parte, en el siglo VI las normas legales y morales en Europa Occidental estaban dadas por Justiniano. Algunos autores han elegido el momento del cierre de la Academia de Platón, como indicador del comienzo de esa era en la cual los dioses del politeísmo griego (o romano) se fueron volatilizando, como las enseñanzas que se fueron diluyendo y fundiéndose con las nuevas.
Justiniano I
La ideología medieval estuvo marcada por la relación con las religiones monoteístas, que en los primeros siglos eran el cristianismo y el judaísmo. La concepción filosófica y teológica hacía de los humanos creaciones divinas a su imagen y semejanza, un microcosmos, caído en la lucha, que podría sanar con la gracia del Sumo Bien. La concepción antropológica de la religación culminó concretándose en actitudes individuales ascéticas y místicas. Se concluye que no hubo una mujer medieval, sino una multitud de ellas.
La Música en la Edad Media
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