Agosto de 2020
N° 43 AÑO IV
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
SUMARIO
Matilda de Canossa
Eloísa
Hildegard von Binger
Matilda de Canossa
Matilda de Canossa conocida como La Gran Condesa, nació en el año 1045. Fue hija del marqués Bonifacio III de Toscana (que murió cuando ella era muy pequeña) y de Beatriz de Lotaringia (de quien heredó un vasto territorio en el norte y centro de Italia). Por esa razón a ella le perteneció una región que se extendió desde la planicie fluvial del Po hasta la Toscana.
Bonifacio III Beatriz
Además, decenas de castillos y ciudades como Módena, Reggio, Mantua y Ferrara fueron de su propiedad e hicieron de Matilda de Canossa su dueña y señora, y por lo tanto una de las personas más ricas y poderosas de su tiempo. Ella en su vida alcanzó casi tanto poder como Enrique IV, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de entonces.
Matilda de Canossa Enrique IV
La Gran Condesa contrajo matrimonio en 1071 con Godofredo, que era hijo del padrastro de Matilda, quien lo aborreció desde que ambos se casaron. Fue un maridaje fracasado en el estilo medieval. Ella desempeñó un rol protagónico, cuando el monarca se enfrentó con el papa reformador Gregorio VII para determinar cuál de ellos nombraba a los obispos.
Matilda de Canossa Godofredo el Jorobado
En esa pugna, conocida como la querella de las investiduras, Matilda de Canossa se alineó con Roma en contra de su marido, Godofredo el Jorobado, duque de la Alta Lotaringia. Él fue un hombre con el cual, evidentemente, no congeniaba. Cuando su cónyuge falleció cinco años después de casarse, los detractores de la condesa la acusaron de haber pagado para que lo asesinaran. Otros lo culparon a él de las desavenencias de la pareja.
Enrique IV
Gregorio VII
La Gran Condesa tenía ideas propias. Así fue que respaldó al Papa denodadamente, a pesar de que le debía obediencia al emperador. Un año después de enviudar, en 1077, ella organizó en su residencia familiar, el castillo de Canossa, en las estribaciones de los Apeninos, un episodio crucial en los anales de la Edad Media:
el perdón.
Castillo de Canossa
Este pedido de perdón fue solicitado al Papa por el emperador Enrique IV. Éste pasó descalzo tres días a las puertas de la fortaleza, adonde se había instalado el Sumo Pontífice. La Gran Condesa debió haber sido una mujer piadosa y partidaria de los cambios que en el seno de la Iglesia Católica propugnaba Gregorio VII. Pero ella también era una ejecutora enérgica.
El Perdón
Matilda de Canossa recorría a caballo sus posesiones, escuchaba a todos sus súbditos, no sólo a los nobles, y también impartía justicia. Además, envió a sus nobles caballeros a participar de numerosas batallas, aunque sin llegar a entrar en combate. Aunque la ambición no era el único rasgo que la diferenciaba de las contemporáneas de su mismo género.
Matilda de Canossa
La Gran Condesa había aprendido a leer y dominaba las lenguas vulgares de los francos y los teutones. El conocimiento entonces se reservaba para el clero y se reunía y concentraba en monasterios y abadías. Pero los nobles podían ser analfabetos, al igual que los jueces hasta la reforma impuesta por Carlomagno, que los obligó a aprender las letras, para interpretar la ley.
Matilda de Canossa
Matilda de Canossa tardó doce años en volver a casarse, tras la poco y nada edificante convivencia con Godofredo el Jorobado. En 1089 contrajo nuevas nupcias (las segundas) con Guelfo II, duque de Baviera, que era un hombre mucho más joven que ella, quien por entonces ya no podía concebir. En consecuencia, a causa de la gota murió sin hijos que la heredaran en el año 1115.
Matilda y Guelfo II
Jean Claude Maire Vigueur en su libro Hombres y mujeres de la Edad Media escribió que La Gran Condesa tenía una mentalidad abierta, unida a un temperamento combativo. Esa combinación hizo de ella casi una precursora del movimiento feminista. Y aunque seguramente las hubo en todas las épocas, ellas no siempre fueron conocidas. Una de las más interesantes ha sido la célebre gran Condesa.
MATILDE DI CANOSSA
Il mito di Canossa e le rovine del castello
Eloísa de Paráclito
Para presentar a Eloísa es conveniente trazar, aunque como un esbozo, el contexto intelectual de su época. En la Edad Media las Universidades (Universitas Magistrorum et Scholarium) estaban concebidas como uniones o gremios para defender los derechos e intereses de los estudiantes y docentes que las integraban, aprendiendo o enseñando en ellas, a semejanza de quienes trabajaban entonces en otras actividades. Toda la comunidad compartía un mismo idioma (el latín) y una misma religión (cristiana).
Universidad Medieval
Las Universidades europeas han tenido antecedentes históricos en distintas culturas con sus semejanzas y diferencias. En Grecia la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles pudieron ser sus prolegómenos, continuados en la helénica Biblioteca de la Alejandría. En las Academias judías de Palestina y Babilonia se redactó el Talmud y otros proyectos intelectuales, desde el año 70 aC hasta el siglo XIII.
También pudo haber llegado a los más elevados círculos intelectuales de entonces que en Oriente se multiplicaron los estudios superiores. Así, en China se sucedieron a partir del siglo VII. Por otra parte, la milenaria Universidad de al Azhar de El Cairo, en Egipto fue la autoridad central del Islam para los musulmanes, seguida en jerarquía por la Qarawiyin de Fez, en Marruecos.
Universidad de al Azhar de El Cairo
Y si quisiera comprenderse mejor a Eloísa, también habría que aproximarse más para ver a Abelardo. Él había nacido en 1079 en Palais, una aldea próxima a Nantes en Alta Bretaña. Berengario, su culto e ilustre padre, se hizo cargo de la educación de sus hijos. Fue destinado, a la carrera militar, que abandonó por su pasión por el estudio, por él renunció a su herencia y primogenitura. Cultivó todos los saberes, incluso la música y el canto.
Acción Militar
Abelardo, inteligente, tolerante, ascético y sensual. A los veinte (20) años se marchó a París, para dedicarse a la Filosofía. En la colina de Santa Genoveva instaló una escuela y atrajo a una multitud de alumnos cuyo respeto ganó. A consecuencia de sus ideas y discusiones teológicas, fue rechazado por los monjes de Saint-Denis. Por eso se retiró a la diócesis de Troyes y vivió con austeridad. Fundó el oratorio Paracleto o Espíritu Santo Consolador, del que más tarde Eloísa fue abadesa.
Oratorio Paracleto o Espíritu Santo Consolador
Años más tarde, sus obras De trinitate y su Introducción a la teología, despertaron polémica y fueron condenadas por la Iglesia. Abelardo tuvo su escuela en Melun y en Corbeil para regresar a los veinticinco (25) años a París, donde se entregó al debate filosófico. Preocupado por cuestiones centrales de la religión cristiana, se hizo discípulo de Anselmo para aprender con él Teología.
Auto de fe bajo el sol trinitario
Anselmo fue célebre por su elaboración de la prueba ontológica: Dios es el Ser Más Perfecto en la mente (el entendimiento). Por lo tanto, lo es necesariamente en la realidad. También aclaró las relaciones entre la razón y la fe y opinó la virginidad de María. Abelardo debatió con él, y después de vencerlo en un debate público, le arrebató a sus discípulos. Su habilidad retórica, según algunos autores fue lo que despertó su soberbia.
San Anselmo de Canterbury
Eloísa (Eloysa, a veces Heloisa ou Heloissa, Héloïse) nació alrededor de 1101 (y falleció en 1164). Ella fue la hija ilegítima de un noble de más alta alcurnia, aliado de los Montmorency. Es probable que su padre fuese el senescal de Francia Gilbert de Garlande. Su madre, Hersenda, podría ser una de las abadesas fundadoras (entre 1101 y 1115) de la Abadía de Fontevrault. Pero se alejó antes de 1096, cuando la orden fue denunciada como una caverna de fornicación.
Abadía de Fontevrault
Hersenda, la madre de Eloísa confió su educación a uno de sus dos hermanos: Fulberto, el canónigo de París, quien a partir de 1102, trabajó en el Hospital de los Pobres de París. Y la sobrina fue una joven de excepcional capacidad intelectual, que se destacó en la Literatura Francesa de la Edad Media. Tanto que ha sido considerada por muchos críticos como la primera mujer de letras de Occidente.
Hospital de los Pobres de París
Abelardo fue descrito por sus contemporáneos como un seductor seguro de su encanto, pero agotado (por el trabajo, los viajes a caballo y los quehaceres del poder) cayó en una depresión nerviosa (afflictione correptus infirmitate coactus). Cuando Eloísa tenía sólo diecisiete (17) años, él la sedujo, aprovechando que vivía también él en la casa de Fulberto, el tío materno de ella.
Abelardo
El pretexto para tal acción, esgrimido por su ilustre y erudito instructor, fue completar la formación filosófica de su talentosísima, joven y bella alumna. Abelardo, sin embargo, en una epístola dirigida a uno de sus amigos, reconoció sus reales motivaciones, cuando escribió: inflamado de amor, busqué la ocasión de acercarme a Eloísa y en consecuencia, tracé mi plan.
Abelardo y Eloísa - E. B. Leighton
En la corte de Guillermo IX de Aquitania (Guillermo de Poitiers, Guilhem de Peiteus) Abelardo, también como trovador comenzó a hacer canciones en latín, cuyas melodías seducían a las personas más ilustradas y se convirtieron en las más conocidas del momento. Se cantó el nombre de Eloísa, contribuyendo a la creación de la leyenda de los amantes.
Guillermo el Trovador
La historia de los amantes fue reforzada por las Cartas de los dos amantes. Las fórmulas de saludo en ellas implicaron un ejercicio retórico y de innovación literaria. Además de atestiguar en sus textos el afecto que se tenían, y trenzaban con tiernas alusiones a un íntimo e intenso erotismo, al que se le adicionaban sutiles referencias teológicas.
En estos intercambios epistolares Eloísa analizó su deseo amoroso. Si la fe era posible ser vivida a través de la imagen de Cristo, (el hombre amado) ella pretendió amar de forma deseosa. No habría pecado en la lujuria, cuando ésta resultaba ser un efecto del amor y no de la perversión. Ésta era la moral de la pareja, la base del amor libre alejado de las reglas de la sociedad y del matrimonio.
Los amores de Eloísa y Abelardo - Jean Vignaud
Las Cartas de los dos amantes (Epistolae duorum amantium) son más que una correspondencia amorosa, un diálogo sobre el amor. La epístola otorgó a Eloísa la ocasión para inventar relaciones sobre el término de dilectio, en el sentido de estima, tomado prestado a Tertuliano, como forma de amor intelectual. Llegó a definirlo como una alineación entre iguales, una sumisión voluntaria en respuesta a la amistad recibida.
Carta de Eloísa a Abelardo
En sus escritos el amor se distinguía de la amistad tal y como la definió Cicerón entre personas del mismo sexo, es decir, aquí se asume la diferencia entre ellos. Parecidos y singulares, hombres y mujeres no son idénticos. Eloísa aplicó a la cuestión de la naturaleza del amor una lección de lógica sobre la estructura de la definición por género próximo y diferencia específica.
Joven mujer leyendo Héloïse et Abélard – Boucher
Marco Tulio Cicerón
Ellos tuvieron relaciones íntimas, sentimentales, eróticas y sexuales. Cuando Eloísa quedó embarazada, Aberlardo decidió raptarla para conducirla a Bretaña. Allí, en 1116 dio a luz un niño en la casa de la hermana de su amante. Pero cuando él regresó a París, crueles emisarios que lo esperaban, lo mutilaron, castrándolo para ejecutar la cruenta venganza de Fulberto contra el seductor de su sobrina. En una de sus cartas Eloísa escribió:
Tú sabes amado mío – y todos saben también – lo mucho que he perdido al perderte a ti. Y cómo la mala fortuna – valiéndose de la mayor y por todos conocida traición – me robó mi mismo ser al hurtarme de ti. El nombre de esposa parece ser más santo y más vinculante, pero para mí la palabra más dulce es la de amiga y, si no te molesta, la de concubina o meretriz. Tan convencida estaba de que cuanto más me humillara por ti, más grata sería a tus ojos y también causaría menos daño al brillo de tu gloria. Dios me es testigo de que, si Augusto – emperador del mundo entero – quisiera honrarme con el matrimonio y me diera la posesión de por vida, de toda la tierra, sería para mí mas honroso y preferiría ser llamada tu ramera, que su emperatriz
Abelardo y Eloísa
Abelardo volvió solo a París para obtener el perdón de Fulberto, a quien prometió casarse con Eloísa, sin que ésta fuese consultada. Siendo aún una adolescente, se vio avocada al destino de cortesana en una época que ofrecía a las mujeres la oportunidad de obtener una nueva condición y escapar del confinamiento del hogar. Cuando él regresó para buscarla, ella terminó por ceder.
Eloísa recibiendo el velo de manos de Abelardo
Eloísa, juzgándose persona indigna para su esposo, hizo de su condición de esposa una cuestión ética. Para ella el matrimonio era una forma de prostitución de la mujer, un interés material para alcanzar una determinada condición social que podría convenir a aquella que quisiese prostituirse a alguien mucho más rico, si la ocasión se presentase, pero no a una mujer verdaderamente enamorada de otra persona. Por eso ella habría preferido seguir siendo la amiga de su amante, siguiendo el modelo del amor cortés platónico, pero libre.
Los adiós de Eloísa a Abelardo - Angelica Kauffmann
Eloísa, sin otra alternativa, tomó los hábitos en el convento de Argenteuil. A su vez en el de Saint-Denis ingresó Abelardo, aunque éste más adelante abandonó el claustro para dedicarse nuevamente a la Teología, la enseñanza de la Lógica y al debate filosófico, aumentando su fama y a consecuencia de ella, también la cantidad de seguidores y adversarios.
Eloísa en la vida monástica - Jean-Antoine Laurent
Casi un siglo antes de Santa Clara (ochenta años), Eloísa se preocupó por redactar una regla monástica exclusivamente femenina. .El papel de las mujeres religiosas se puso en duda entonces por su condición de célibe y esposa. Por otra parte, de la obra de la enamorada sólo ha quedado una oración fúnebre de uno de sus poemas, pero nada de su música.
Santa Clara
Aunque ella no escribió novelas propiamente dichas, lo que se ha podido reunir de las cartas de Abelardo y Eloísa se considera fundante de la literatura francesa de finales del siglo XIII. Sus escritos fueron más apasionados y eruditos que eróticos. Esta correspondencia ha sido la precursora de otras, como las de Marie-Madeleine Madame La Fayette, Pierre Ambroise Choderlos de Laclos o Jean-Jacques Rousseau.
Abelardo recibe a Eloísa en el monasterio de Paraclet
Madame La Fayette Pierre Ambroise Choderlos de Laclos
La vida de Eloísa fue una de las más románticas. De este modo su imagen logró constituirse en una figura mítica y en un paradigma de la pasión amorosa de la Edad Media, que sobrepasó el amor cortés, muy popular entre las clases altas en aquella época, quizás gracias al enorme éxito literario obtenido por la poética historia de Tristán e Isolda.
Tristán e Isolda
Eloísa fue la más sabia de las mujeres de su tiempo, en una época en la que las más favorecidas tenían quizás que contentarse únicamente con saber tocar un instrumento. Sin embargo, ella consiguió imponerse como un caso excepcional entre todas las personas que dominaron el período por su fuerza y su habilidad para gestionar una comunidad religiosa.
Eloísa en la abadía del Paraclet - Jean-Baptiste Mallet
Príncipes y eclesiásticos llegaron a solicitar los sabios y prudentes consejos de Eloísa, que era distinguida por sus dotes relevantes intelectuales. Además, de haber sido desde su juventud renombrada por sus composiciones musicales y sus canciones que alcanzaron un gran éxito en la época medieval, ambientada en la cultura que posibilitó la existencia de los trovadores. Todo queda por decir, y lo han intentado sus continuadores.
Ella y su intenso fueron la fuente de inspiración de múltiples obras en la Literatura (teatro, novelas y poemas); las Artes Plásticas (Dibujo, Pintura y Escultura); el Cine, la Televisión; las Comedias Musicales; la Música y el Ballet.
Eloísa y Abelardo
Película Completa: Cielo Robado Abelardo y Eloísa
Hildegard von Bingen
Hildegarda de Bingen nació en Alemania, el 16 de septiembre de 1098 y falleció en Renania, el Palatinado, el 17 de septiembre de 1179. Fue abadesa monacal, mística, profetisa, médica, compositora y escritora, conocida como la sibila del Rin y la profetisa teutónica. Estuvo entre las mujeres más influyentes de la Baja Edad Media y fue de las figuras más ilustres del monacato femenino.
Santa Hildegarda de Bingen
Hildegarda de Bingen quizá haya sido quien mejor ejemplificó el ideal benedictino. Estuvo comprometida en la reforma de la Iglesia. Fue una de las escritoras de mayor producción de su tiempo. Según expresó Victoria Cirlot:... atravesando el muro de los tiempos han quedado sus palabras, incluso su sonido, y las imágenes de sus visiones.
Hildegard von Bingen en su Comunidad
Hildegarda fue una visionaria, como mostraron sus escritos a Bernardo, el abad de Claraval: Padre, estoy profundamente perturbada por una visión que se me ha aparecido por medio de una revelación divina y que no he visto con mis ojos carnales, sino solamente en mi espíritu. Desdichada, y aún más desdichada en mi condición mujeril, desde mi infancia he visto grandes maravillas que mi lengua no puede expresar, pero que el Espíritu de Dios me ha enseñado que debo creer....
La Trinidad
Por medio de esta visión, que tocó mi corazón y mi alma como una llama quemante, me fueron mostradas cosas profundísimas. Sin embargo, no recibí estas enseñanzas en alemán, en el cual nunca he tenido instrucción. Sé leer en el nivel más elemental, pero no comprenderlo plenamente. Por favor, dame tu opinión sobre estas cosas, porque soy ignorante y sin experiencia en las cosas materiales y solamente se me ha instruido interiormente en mí espíritu. De ahí mi habla vacilante...
En respuesta Bernardo, el abad de Claraval la invitó a reconocer este don como una gracia y a responder a él ansiosamente con humildad y devoción...
Bernardo de Claraval
Hildegarda, la visionaria del Rin fue la fundadora de un monasterio en la colina de san Ruperto, cerca de Bingen, para trasladar a su comunidad y emanciparla de los monjes de Disibodenberg. Escribió obras religiosas, entre las que se destacan: Scivias, sobre teología dogmática; Liber vite meritorum, sobre teología moral; y Liber divinorum operum, sobre cosmología, antropología y teodicea. Esta trilogía fue su mayor corpus.
La jerarquía angélica
El nombre Scivias es una forma abreviada del latín Scito vias Domini (Conoce los caminos del Señor). Esta obra fue inspirada tras una visión de Hildegarda en la cual aseguraba haber asistido a una teofanía que le ordenaba escribir lo que percibiera: Oh frágil ser humano, ceniza de cenizas y podredumbre de podredumbre: habla y escribe lo que ves y escuchas.
La maternidad, el Espíritu y el Agua
Otra de las principales obras de Hildegarda es la creación de su Lingua ignota, que fue la primera artificial de la historia, por la que fue nombrada patrona de los esperantistas. Dicha lengua fue expuesta en su escrito Ignota Lingua per simplicem hominem Hildegardem prolata. La obra es un glosario de 109 palabras escritas en dicha lengua con su significado en alemán, incluyendo el de algunas plantas y términos usados en sus obras médicas.
Alfabeto (Littere ignote)
Hildegarda también fue autora de obras científicas. Escribió: La lavanda es caliente y seca, ya que tiene un poco de savia. No sirve al hombre para comer no obstante que tiene un fuerte olor. El hombre que tiene muchos piojos, si huele lavanda frecuentemente los piojos morirán. Su olor clarifica los ojos, porque contiene en sí las virtudes de las especias más fuertes y de las más amargas. Por eso, también, aleja muchísimas cosas malas y los espíritus malignos salen aterrorizados por ella.
Tierra Esférica: Estaciones
Hildegarda, la Sibila del Rin fue una prolífica productora de música y canciones, cuya importancia se puso de manifiesto en la carta escrita a la curia de Maguncia, dictada tras el entredicho interpuesto con ocasión del conflicto derivado de que la abadesa diera sepultura a un hombre supuestamente excomulgado y por el cual se prohibió a su comunidad cantar el salterio y tener misa.
Códice de Wiesbaden (Riesencodex)
Empleó la técnica monofónica, el melisma y la notación de su época. Su música se diferenciaba por el uso de amplios rangos tonales, que exigían a la cantante o al coro subir a agudos intensos estando en una nota intermedia o baja. La totalidad de las obras musicales de la profetisa teutona fueron creadas para las necesidades litúrgicas de su comunidad y la didáctica teológica y moral en el caso del Ordo Virtutum.
Hildegard von Bingen - Voices of Angels - Voices of Ascension
Hildegarda de Bingen, Vision En Español
El Cuerpo Místico
Todo el bagaje simbólico y la originalidad de las obras de Hildegarda tuvo su origen en la inspiración sobrenatural de sus experiencias visionarias, de ahí que la explicación de dicha enigmática fuente de conocimiento haya sido suficiente motivo al provocar el interés y llevar a la investigación, incluso durante la vida de la abadesa.
El Universo
Oh, pequeñita forma,... encomienda estas cosas que ves con los ojos interiores y que percibes con los oídos interiores del alma, a la escritura firme para utilidad de los hombres; para que también los hombres comprendan a su creador a través de ella y no rehúyan venerarlo con digno honor.
La Caridad
El valor teológico de las enseñanzas de Hildegarda ha sido reconocido desde antiguo por la Iglesia católica en una tradición continuada hasta nuestros días. Muestra de ello fue la inclusión de su vida y obras en el famoso compilado histórico de teólogos publicado en 1885 por Jacques Paul Migne, la Patrología Latina, en el que le dedicó el tomo CXCVII.
Patrología Latina
Los escritos de Hildegarda de Bingen han sido objeto de interpretaciones modernas, como las que hicieron las medievalistas contemporáneas Barbara Newmann, Sabina Flanagan y Régine Pernoud. Todas ellas enfatizaron el carácter femenino de la teología hildegardiana, reivindicando la perspectiva de género en sus enseñanzas.
Las Bellas Artes también han tenido a Hildegarda de Bingen como centro de interés. La película A Beautiful Mind, que fue ganadora del Óscar a la mejor película en el año 2001, utilizó una de sus canciones, la titulada Columba aspexit dentro de la banda sonora. Por ella la producción también obtuvo una nominación para dicho galardón.
A Beautiful Mind – Official
En el año 2009, la directora alemana Margarethe von Trotta filmó la película Visión: La historia de Hildegard von Bingen (Vision. Aus dem Leben der Hildegard von Bingen), basada en la vida de esa santa, quien fue caracterizada por la actriz germana Barbara Sukowa. La producción fue estrenada en español en el 2010. También, el músico Devendra Banhart homenajeó a la Santa Hildegarda en su vídeo Für Hildegard von Bingen que fue lanzado en octubre de 2013, mostrando el lado artístico de la abadesa.
Hildegard Von Bingen - Columba aspexit
En el mismo año de 2009, se realizó la película italiana de Barbarossa (traducida al inglés como Sword of War), basada en la vida del emperador Federico Barbarroja. En ella Hildegarda de Bingen tenía una aparición. En ella el personaje fue interpretado por la actriz española Ángela Molina. Además, El documental, 1994 la BBC de Londres produjo el documental Hildegard of Bingen.
Película: VISIÓN. La historia de Hildegard Von Bingen
Además, la discografía generada a partir de la música de Hildegarda ha sido abundante. Desde 1979 se produjeron unos 35 discos con las canciones religiosas compuestas por ella, destacando las interpretaciones realizadas por Gothic Voices, Emma Kirkby, la Oxford Camerata dirigida por Jeremy Summerly, Garmarna y Anonymous 4.
Igualmente, la consideración moderna sobre la relevancia de la figura de Hildegarda en la Edad Media, así como para la Historia de la Iglesia, ha llevado a grupos feministas religiosos y seculares a tomarla como un ejemplo relevante de reivindicación del papel de la mujer y de su importancia en la apertura al género femenino de los roles tradicionalmente considerados como masculinos.
Hildegard von Bingen
El asteroide (898) descubierto por el astrónomo Max Wolf el 3 de agosto de 1918, llevó el nombre Hildegard, en honor a la mística alemana. Además, el cráter lunar Hildegard tomó ese nombre en su memoria desde febrero de 2016. A ello se sumó el estudio y consideración alcanzado modernamente. Contemporáneamente fue considerada como una de las personalidades más fascinantes y polifacéticas del Occidente de Europa.
Una prueba de ello fue su mención en declaraciones públicas y homilías de Benedicto XVI. Su reconocimiento como Doctora de la Iglesia le llegó a Hildegard von Bingen el 7 de octubre de 2012, cuando el papa le otorgó ese título, junto a san Juan de Ávila durante la misa de apertura de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Benedicto XVI
El estado alemán acuñó en su memoria una moneda de plata al cumplirse nueve siglos de su nacimiento.
Moneda