N° 20 AÑO II
Agosto de 2018
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Aspasia
Aspasia de Mileto, Hetaira (Hetera) y Filósofa
En Atenas las hetairas eran compañeras,
camaradas, amigas o amantes. La historia
ulterior las maltrató, haciendo de ellas prostitutas.
Las Hetairas tenían una esmerada educación. Podían ser extranjeras provenientes de otros estados griegos. Tenían independencia económica. Se
desempeñaban como comerciantes, negociantes y modelos. Disfrutaban de una
libertad sin trabas. Los atenienses las invitaban a sus fiestas.
Aspasia – Marie Bouliard
Por otra parte, las leyes de Solón permitían el
establecimiento de burdeles que atendían principalmente a extranjeros. Más
tarde esas mujeres, consideradas callejeras,
estuvieron a cargo de una Madame. En
su momento, Jenofonte ofreció 25 jóvenes corintias, si ganaba los Juegos Olímpicos del año 464 aC. Pidió
también a Píndaro componer una oda de alabanza en su honor. Las muchachas eran muy
hospitalarias, jóvenes servidoras de Peithó
(la Persuasión) y oficiantes del séquito de Afrodita.
Peithó,
Afrodita y Eros
En torno a estas cuestiones,
Gordon Rattray Taylor afirmó:
“El término prostitución, con su
connotación de sórdido comercio y reducto de lujuria, da una idea totalmente
errónea del carácter sagrado y superior de la experiencia tal como la vivían
quienes participaban en ella. Se trataba nada menos que de un acto de comunión
con dios (o deidad) y tan remotamente discrepaba de la sensualidad como el acto
cristiano de la comunión difiere de la glotonería.”
Aspasia de Mileto
Fueron
célebres hetairas Aspasia, la amante
de Pericles y Friné, la modelo del escultor
Praxíteles y el pintor Apeles. Ella sirvió de patrón para la
estatua de Afrodita. Por su
participación en asuntos políticos, por su relación con Pericles, y
filosóficos, por Sócrates, interesa especialmente Aspasia.
Aspasia y Pericles
Aspasia (la
Bella Bienvenida) era natural de Mileto, por su origen se vio beneficiada con
una excelente educación que entonces recibían por igual los niños y niñas,
siempre que fueran de familias acomodadas. Ella fue considerada por muchos como la primera filósofa, excepción
hecha de Damo de Crotona, la hija de
la matemática Téano y Pitágoras.
Téano, alegoría de la Geometría
Téano, la madre de Damo, fue primero discípula y luego,
una vez casada con el sabio Pitágoras, maestra en su escuela, que
comenzó a dirigir a la muerte de su esposo. Como él pensaba que el universo
estaba escrito en clave numérica.
Por esa razón ella buscó el número de
oro. Este irracional, llamado fi,
en honor al escultor Fidias, tuvo incidencia en toda la cultura.
Damo de Crotona
Pero Aspasia llegó aún más lejos. El antiguo
arconte Sofrón la conoció, recién llegado
a Mileto. Entonces se deslumbró con
los conocimientos y la
sabiduría de la joven mujer intelectual, a quien le refirió que Atenas
era la ciudad más adelantada de su tiempo en toda la Hélade.
Friné en la Fiesta de
Poseidón – H. Siemiradzki
En esa ciudad
estado las hetairas tenían gran poder,
vivían con mayor libertad para desarrollarse culturalmente. Claro que
políticamente eso no llegaba para permitirles votar, como lo hacían los varones.
Eso y el conocimiento de la familia de Alcibíades
hicieron que se fuera de su ciudad hacia la de Atenea.
Aspasia en
Mileto había hecho fortuna. Se dijo que en relación con un burdel que habría regenteado. Esa versión quizás se haya debido a sus
conocimientos sobre el amor. Pero
también pudo provenir de un tiro por
elevación: su desprestigio
alcanzaría (de tener éxito la operación) también a su amante protector (quien
según algunas versiones fue su marido) Pericles.
Aspasia – Pierre Gustave Eugene Staal
La lucha
de clases tuvo en Atenas características muy singulares que la definieron
como única en su tipo. Por un lado, la aristocracia
veía amenazado su poder por el surgimiento y ascenso de una clase media de comerciantes
enriquecidos que querían acceder a la política a través de la educación de sus
hijos. Para esto contrataban a maestros especialistas en la persuasión (sofistas) para convencer a sus votantes. Para impedirlo, la nobleza
procedió a desprestigiarlos.
Sócrates y Aspasia – Daumier
Pero los advenedizos
se infiltraban también de otro modo. El
casamiento, que había servido como un instrumento para sellar alianzas y
continuar conservando, concentrando y acrecentando el patrimonio, encontró muy
difícil concretar esos objetivos cuando comenzaron a darse uniones entre
personas pertenecientes a diferentes clases sociales.
Sócrates buscando a Alcibíades en casa de Aspasia – J.-L. Gérome
Los nobles
necesitaban impedir esas acciones que consideraban subversivas y atentatorias para su seguridad y para lograr su meta, la defensa de sus intereses, se
transformaron en un grupo de presión.
Se presentaron ante Pericles con sus
reclamos. El político, casado con una aristócrata ateniense, respondió a las
peticiones como se esperaba, prohibiendo el matrimonio entre personas de
diferentes clases sociales. Tal era la Democracia
ateniense.
Pericles y Aspasia en el estudio de Fidias – H. Leroux
La fama de Aspasia como oradora y la de su escuela (Academia de Elocuencia y Arte Amatorio) se incrementó a medida que ella consolidaba su
posición, cosa difícil de lograr, ya que la ciudadanía estaba reservada sólo para quienes tenían a ambos padres
atenienses. Los hombres más destacados acudían a oírla, por su oratoria e incluso llevaban a sus
esposas.
Aspasia en su Academia
Diversas fuentes
de la Antigüedad cuentan que Pericles desde su primer encuentro quedó prendado
de ella. A poco se volvieron amantes, pero siendo él casado y teniendo dos
hijos, decidió divorciarse y tomar a la joven Aspasia por esposa, cuando ella
quedó embarazada (de Pericles en Joven). Esto generó mucha resistencia en la
sociedad. Es por eso que algunas versiones niegan que haya habido ese enlace y
limitan su relación a lo informal.
Aspasia de Mileto
La Historia reconoce ese período de esplendor
cultural como el siglo de Pericles. Por
su parte la Literatura señala a Aspasia como inspiradora y partícipe de la
política de su compañero como Jefe de Estado. Él la integró al círculo de sus
amistades entre las que se encontraban los filósofos
de su tiempo, no sólo Sócrates y Platón, sino también Anaxágoras. Todos
ellos le dieron crédito como su maestra.
Aspasia en medio de los filósofos de Grecia – Michel Corneille
Los escritores Aristófanes, Jenofonte y
Plutarco, que acudían a oírla, dieron testimonios diferentes sobre ella. Antístenes, en su obra Aspasia, lanza
sobre ella y su familia una serie de difamaciones
insostenibles e improbables. La hace incluso responsable de que Pericles eligiera el placer, sobre la vida virtuosa, ya que se sabía que daba grandes fiestas para muchos
invitados. Cuando el gran hombre murió ella volvió a casarse.
Aspasia en la muerte de Pericles
Plutarco en su Pericles afirmó: “Ahora,
puesto que se cree que tomó la decisión de enfrentarse a Samos para contentar a
Aspasia, parece el momento de preguntar qué artes o qué poder tenía esta mujer,
puesto que era capaz de dirigir a su antojo a los principales hombres del
estado y ofrecía a los filósofos la ocasión de discutir con ellas en términos exaltados
y durante mucho tiempo”.
Aspasia de Mileto: Segundas Nupcias
En
consonancia con estos dichos Demóstenes
reafirmó patriarcalmente: “Tenemos
a las heteras para el placer, a las criadas para que se hagan cargo de nuestras
necesidades corporales diarias y a las esposas para que nos traigan hijos
legítimos y para que sean fieles guardianes de nuestros hogares.” Más tarde la misógina autoridad de Aristóteles
habría de adherir a esta postura.
Hetairas – Alma-Tadema
Finalmente
Luciano en Estudio de un
Retrato se refiere a ella elogiosamente: “Ahora tengo que dibujar la
sabiduría; y aquí tendré ocasión de utilizar varios modelos, la mayoría
antiguos; uno viene, como la propia señora, de Jonia. Los artistas serán
Esquines y Sócrates su maestro, los pintores más realistas, pues su corazón
estaba en su trabajo”.
Pericles y Aspasia
Y continuó diciendo: “No podríamos elegir mejor modelo de
sabiduría que Aspasia la milesia, la admirada del admirable
"Olímpico"; su conocimiento político y visión, su agilidad de mente y
su penetración, todo será transferido a nuestro lienzo en sus perfectas
medidas. Aspasia, sin embargo, solo se preserva para nosotros en miniatura:
nuestras proporciones deben ser las de un coloso.”
Aspasia con los hombres más ilustres de Atenas – N. A. Monsiau
No hay comentarios:
Publicar un comentario